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Autor Tema: Imputan a Ebro Foods por la venta de Puleva al grupo francíés Lactalis  (Leído 138 veces)

Eguzki

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La cuenta atrás ha comenzado. Tres años despuíés de que Ebro acordara la venta de Puleva a Lactalis, el que fuera consejero delegado de Puleva Biotech, Juan Carlos de Gregorio, ha conseguido llevar ante los tribunales al gigante alimentario, al que acusa de los delitos de apropiación indebida, falseamiento documental, societario y alteración del precio de la cotización de Biosearch (antigua Puleva Biotech).

El pasado 9 de mayo, el Juzgado de Instrucción número 5 de Granada consideró que la querella que habí­a presentado el directivo “hace presumir la posible existencia de una infracción penal” y decidió instruir diligencias previas. El primer fruto de esta decisión son las declaraciones que tendrán lugar el próximo 31 de octubre y que suponen la imputación de Ebro Foods, como persona jurí­dica, del expresidente de Puleva Biotech, Gregorio Vicente, y del secretario del consejo de Ebro Foods, Miguel íngel Píérez.

Juan Carlos de Gregorio los acusa de haber operado toda una trama con la venta de Puleva (la antigua división láctea de Ebro) a Lactalis, en perjuicio de Biosearch y sus accionistas minoritarios, que tambiíén sufren las consecuencias, según la querella, de que vendiera a la francesa un 29,9% del capital de Biosearch a un precio inferior al de mercado. Por el momento, la Justicia ya ha requerido a Ebro toda la información de la venta de Puleva al grupo galo.

Desde Ebro niegan tajantemente las acusaciones y consideran injustificada la querella, la cual, aseguran, no tiene otra finalidad que obtener un lucro personal, en contra de los intereses de Biosearch. Además, fuentes de la compañí­a aseguran que la próxima semana se va a presentar una querella contra Juan Carlos de Gregorio y otras personas, a las que acusan de haber intentado vender su paquete accionarial en Biosearch a un precio superior al de mercado.

Por lo que respecta a esta primera querella, tras la declaración de los imputados el próximo 31 de octubre, se deja abierta la puerta a la práctica de otras diligencias que podrí­an suponer que el presidente de Ebro, Antonio Hernández Calleja, el antiguo representante de Casa Grande de Cartagena en el consejo de administración, Leopoldo del Pino, o el presidente de Damm y consejero de la alimentaria, Demetrio Carceller, tuvieran que desfilar tambiíén por los pasillos de los juzgados.

Guerra por la marca

La guerra judicial que se cierne sobre Ebro tiene su origen en la compra de Exxentia por parte de Puleva Biotech en enero de 2008. Juan Carlos de Gregorio era accionista de la primera y, como el resto de socios, cobró parte del precio de la operación “mediante la entrega de acciones de la propia Puleva Biotech”, según rezan los papeles del juzgado, donde la parte querellante señala que este acuerdo se selló con base en la información hasta entonces pública, dentro de la cual se englobaba un contrato del año 2001 firmado entre Puleva Biotech y Ebro, por el cual la primera adquirí­a a la segunda la marca Puleva Biotech.

Sin embargo, apenas año y medio despuíés de la compra de Exxentia, en agosto de 2009, De Gregorio empezó a ver cómo su sueño empezaba a desvanecerse. Primero fue la propuesta del entonces presidente de Puleva Biotech, Gregorio Jimíénez, de segregar lo que habí­a sido Exxentia. A esta idea le siguió, dos meses despuíés, un documento sobre el proceso de reordenación de la compañí­a, en el que se planteaba que Puleva Biotech cesara su actividad en el sector lácteo, que se quedaba en exclusiva Puleva Food, y cediera tambiíén su marca.

Según la querella, este documento “planteaba la reducción de la actividad de Puleva Biotech a la actividad de consultorí­a de cereales, marginando sin explicación alguna el desarrollo en el negocio lácteo, contraviniendo lo dispuesto en el folleto de salida a bolsa”. Dentro de los trabajos que se realizaron en esta lí­nea, se valoró en dos millones de euros la marca Puleva Biotech, según un correo electrónico enviado por la Subdirección General de Administración y Finanzas de Puleva Food al consejo de administración de Biotech, documento que sirve a la acusación para afirmar que a finales de 2009, el grupo alimentario consideraba a Puleva Biotech titular de su marca y le conferí­a a esta un valor de dos millones de euros.

Sin embargo, el 24 de febrero de 2010, Ernst & Young publicó un informe sobre “Atribución de los derechos de propiedad industrial e intelectual entre Ebro Puleva y Puleva Biotech” en el que, según la querella, “por primera vez se menciona y sale a la luz la existencia de un supuesto contrato privado del 24 de mayo de 2005, entre Ebro Puleva y Puleva Biotech, por el que las mismas, presuntamente, anularon el contrato de venta de la marca Puleva Biotech mencionado en el folleto de salida a bolsa”.

Puleva, exclusiva de Lactalis

De Gregorio, a pesar de ser consejero delegado de la compañí­a y de haber requerido este acuerdo en reiteradas ocasiones, denuncia que jamás ha visto una copia de este acuerdo, ni se presentó al consejo; y su existencia “no consta notificada a la CNMV”. El exconsejero delegado de Puleva Biotech incluye en la querella a Miguel íngel Píérez y a Gregorio Jimíénez porque son quienes aparecen como firmantes del contrato “por el que pretendidamente se anulaba la compra de la marca”, algo para lo cual carecí­a de poder el primero, ya que no fue nombrado apoderado de Puleva Biotech hasta el 31 de mayo de 2005, según la querella.

Además, la parte acusadora recuerda que, precisamente, fue ese mismo 24 de mayo de 2005 cuando Píérez fue nombrado secretario del consejo de Ebro Puleva.  Por su parte, Gregorio Jimíénez era por aquel entonces presidente de Puleva Biotech y apoderado de Puleva Food.

Resulta por lo tanto evidente el abuso de las funciones de los señores Píérez y Jimíénez al presentar como cancelada la adquisición de un activo tan relevante como lo es la marca Puleva Biotech, en virtud de un documento privado cuya existencia desconocí­an todos los consejeros de la entidad”, denuncia el querellante, quien recuerda que, al tratarse de un acuerdo entre sociedades vinculadas, deberí­a haberse recogido en la información pública periódica del primer semestre de 2005 enviada a la CNMV y haberse comunicado al mercado como Hecho Relevante.

La coincidencia temporal entre la aparición de este acuerdo en el informe de E&Y, el 11 de marzo de 2010, y la noticia del principio de acuerdo con Lactalis, tres dí­as antes, lleva a concluir a los querellantes que “la sustracción de la marca Puleva Biotech de la mercantil que hasta la fecha  vení­a explotando la misma e identificando con ella su actividad (…) tiene su origen en la compra por la multinacional láctea francesa Grupo Lactalis del negocio de distribución (…) habiendo debido adquirir, sin lugar a dudas, la entidad compradora el derecho de uso y la titularidad de la marca Puleva en la totalidad de sus registros, modalidades y derivados”.

A la titularidad de la marca se suma que Ebro tambiíén vendió a la francesa el 29,9% de Puleva Biotech, lí­mite a partir del cual habrí­a tenido que lanzar una OPA al valor teórico contable de los tí­tulos, que ascendí­a a 0,48 euros por acción, frente a los 0,65 euros en que cotizaba la compañí­a por aquel entonces –enero de 2011–, es decir, con un descuento del 35,4%, “lo que evidencia que en la venta del negocio lácteo a Grupo Lactalis estaba incluida no solamente la transmisión o venta del negocio lácteo desarrollado por Puleva Food, incluidas las marcas Puleva y Puleva Biotech, sino el negocio í­ntegro de Puleva Biotech".