Los operadores sobre el parquíé neoyorquino tomaron las decepcionantes cifras de empleo del mes de septiembre como una excusa para que la Reserva Federal retrase aún más su retirada de los estímulos. De ahí que ayer reinaran las compras en Wall Street -con nuevos máximos del S&P 500- y se vendiesen tantos dólares como para provocar un nuevo máximo del euro. Al fin y al cabo, según informó el Departamento de Empleo de EEUU, el país generó 148.000 puestos de trabajo, una cantidad que quedó muy por debajo de los 180.000 empleos que esperaba el consenso. Gráfico: la divisa europea, en máximos de 2011
Cierto es que la tasa de paro cedió en una díécima, hasta el 7,2%, sin embargo, de nuevo, esta reducción no se debe a un crecimiento de los puestos laborales disponibles sino a una rebaja de la fuerza laboral, es decir, cada vez más estadounidenses se dan por vencidos en la búsqueda de un trabajo.
"Creemos que la Fed quiere observar tanto un fuerte crecimiento del empleo como señales evidentes de que la política fiscal y la incertidumbre asociada con las negociaciones del presupuesto han disminuido antes de reducir el ritmo de sus compras", explicó ayer en un informe Michael Gapen, de Barclays. De hecho, el banco británico abrió la Caja de Pandora, ya que su escenario base retrasa hasta marzo del año que viene el comienzo de la reducción del plan de compra de bonos y activos respaldados por hipotecas.
Neil Dutta, economista de Renaissance Capital, apoyó la misma tesis al afirmar que "los datos de los próximos dos meses serán decepcionantes debido al cierre de la Administración", afirmó. Y así, hasta un amplio consenso de analistas que, según una encuesta publicada por Bloomberg entre 40 expertos, esperan que en el mes de marzo -ya con Janet Yellen al cargo-, la Fed díé el primer paso para recortar estímulos. Prevíén que entonces inyecte 70.000 millones de dólares mensuales a la economía en lugar de los 85.000 millones actuales.
Ese cambio de expectativas provocó que el dólar volviese a depreciarse con fuerza frente al euro. Tras subir un 0,8%, la divisa europea se llegó a intercambiar durante la sesión a 1,379 dólares, un nivel no visto desde noviembre de 2011 y que supera el máximo intradiario que había alcanzado el euro en febrero de este año, cuando sobrepasó los 1,37 dólares. La idea de que la Reserva Federal no tendrá prisa por retirar los estímulos ha provocado que la divisa norteamericana se deprecie ya un 4,3% contra la moneda comunitaria en lo que va de año. De hecho, en 2013, el billete verde ya pierde terreno contra 5 de las 10 principales divisas. Además del euro, cede tambiíén más de un 4% contra la corona danesa y más de un 2% contra el franco suizo, el dólar neozelandíés y la corona sueca.
El flojo dato de empleo del mes de septiembre tambiíén impactó en el mercado de deuda, donde los inversores compraron deuda pública a largo plazo, hasta llevar la rentabilidad de la referencia a 10 años a caer desde el 2,6% del lunes al 2,51%, el nivel más bajo desde julio. "¿Y si en 10 años acentúa los recortes recientes? Tíécnicamente, hasta niveles del 2,2% tiene hueco. Pero, probablemente no bajaría solo. Y aquí entra el desplome del dólar. ¿No estamos hablando de un deterioro del escenario en EEUU? La moneda norteamericana es su mejor indicador. Roto el nivel de 1,373 dólares, debemos ahora temer niveles de 1,388 o 1,39 dólares", afirma Josíé Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
La otra realidad la vivió la bolsa, donde el S&P 500 va camino de cerrar su mejor año desde 2003. Ayer volvió a marcar un nuevo máximo, al ganar a media sesión un 0,5%, no sólo al rebufo del retraso de los estímulos, sino tambiíén de la temporada de resultados. De las veintiún compañías que presentaron ayer sus resultados, sólo tres decepcionaron las previsiones del mercado.