Mientras el Gobierno negocia con ACS, OHL, Ferrovial y FCC cómo salvar de la quiebra las principales autopistas de España, Itinere, gestora de las más importantes vías de peaje de la zona norte, ha conseguido refinanciar los 1.200 millones de deuda que le vencían hoy mismo. Un alargamiento de su pasivo que tranquiliza a Sacyr, accionista minoritario, y sobre todo al banco estadounidense Citi, que salva su mayor inversión en España.
Según han asegurado fuentes financieras, Itinere va a firmar de forma inminente la reestructuración de 1.200 de sus 2.800 millones de deuda neta. Un importe que expiraba entre el 31 de octubre y el 31 de diciembre y que había puesto a la empresa concesionaria de las autopistas de Galicia y Burgos al borde del abismo. Banco Santander, el mayor acreedor de la sociedad, ha dado su visto bueno tras varios meses de negociación con Rothschild, el asesor de la compañía de infraestructuras.
Itinere está participada en un 65% por Pear Adquisition Corporation, que a su vez está controlada por Citi Infraestructure Partners, el fondo del banco estadounidense que invierte en este tipo de activos con una remuneración convenida. La entrada en el capital del que en su día era el holding de autopistas de Sacyr se produjo entre finales de 2008 y la primavera de 2009, de la mano de Juan Bíéjar, actualmente consejero delegado y salvador de FCC. En aquel momento, Citi pagó 7.887 millones de euros por la compañía, 2.874 por sus fondos propios y 5.013 de deuda neta.
Estas cifras fueron rebajadas al poco tiempo por la venta de distintos activos en España, Portugal, Chile y Brasil de acuerdo con Sacyr, Liberbank y Novagalicia, que se quedaron como accionistas minoritarios. Pero ya en 2011, Itinere tuvo que alargar el vencimiento de su pasivo ante la posibilidad de afrontar los pagos a corto plazo. Los extendió hasta 2016, pero quedaron pendientes la deuda asociada a Enaitínere y Participaciones AP-1, las dos concesiones que generan el 75% de sus ingresos.
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Aunque la compañía amortizó el pasado año 35,8 y 31,4 millones de euros, respectivamente, entre hoy y finales de 2013 tenía que hacer frente a 984,4 millones en el caso de la primera y 191,9 millones, en el de la segunda. Ambos príéstamos, con un diferencial de entre 2,25 y 2,75 puntos básicos sobre el Euribor a seis meses, fueron concedidos en su día por Banco Santander y por Banesto por un total de 1.548 millones. El otro acreedor bancario relevante es Banco Sabadell, que le prestó 608 millones y que vencen en 2016.
La advertencia de KPMG
El alargamiento de esos 1.200 millones es muy importante para la viabilidad de Itenere, cuyo auditor, KPMG, puso en duda en las cuentas de 2012. La firma hizo una importante salvedad a su balance al advertir sobre un fondo de maniobra negativo de 1.347,9 millones, amíén de las píérdidas de más de 400 millones registradas por el grupo por el deterioro del fondo de comercio. Los ingresos bajaron un 7,4%, hasta los 276,4 millones, mientras que el beneficio bruto de explotación (ebitda) se contrajo un 9,2% y descendió a 211 millones.
Unos números que hicieron imposible que Sacyr, Liberbank, Novagalicia y Kutxabank pudieran desprenderse de sus participaciones de hasta el 45% cuando las pusieron a la venta. Pese a todo, Itinere sostiene que cuenta con “una situación patrimonial saneada con un patrimonio de 1.278,8 millones de euros tras la capitalización de príéstamos participativos y otros príéstamos mantenidos con sus accionistas, llevada a cabo en el ejercicio 2012, por importe de 941,7 millonesâ€.
Con esta explicación, Itinere se refiere a los 1.916 millones de euros que le prestó el pasado año Pear Investment, una sociedad luxemburguesa propiedad de Citi Infraestructura Partners, el primer interesado en que la empresa española de autopistas siga en funcionamiento. El holding consiguió antes del verano colocar una emisión de obligaciones por 193 millones con la que refinanció la deuda de Audasa, la sociedad que gestiona la vía de peaje que une la AP-9 Ferrol con la frontera portuguesa.