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Autor Tema: La auditora PwC fí­a a tres años vista el horizonte de viabilidad de Pescanova  (Leído 227 veces)

Eguzki

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La consultora PwC ha presentado a la dirección de Pescanova las lí­neas preliminares del plan de viabilidad que servirá como marco de referencia para negociar la refinanciación de la deuda con los bancos acreedores. Los trazos básicos del documento establecen un horizonte de tres años para que el grupo pesquero pueda alcanzar su velocidad de crucero con un margen de ebitda o beneficio operativo de casi 200 millones de euros en 2016.

El trabajo elaborado por PwC complementa el ‘silogismo’ de Pescanova despuíés de las premisas iniciales desarrolladas por las otras dos grandes firmas auditoras involucradas en la gestión de la multinacional gallega. El plan de viabilidad se fundamenta en el informe que presentó Deloitte el pasado mes de septiembre en su condición de administrador judicial, así­ como en la auditorí­a forense efectuada en junio por KPMG.

Ambos antecedentes revelan una fotografí­a contable plagada de ‘agujeros’ que requieren una intensa tarea de reconstrucción. No en vano, la deuda real se ha ido ampliando de manera sucesiva hasta alcanzar la descomunal cifra de 3.674 millones de euros, lo que depara un patrimonio negativo de 1.667 millones. El diagnóstico es de quiebra tíécnica y el plan de viabilidad ofrece un tratamiento quirúrgico de saneamiento financiero con un horizonte de rehabilitación que deberá prolongarse a medio plazo.

La crisis de Pescanova requiere tiempo, y esto es lo que el plan de viabilidad reclama a los bancos acreedores. PwC considera que los nuevos gestores no podrán obtener rentabilidad operativa hasta pasados tres ejercicios completos al frente del grupo pesquero. A lo largo de este periodo, el equipo presidido por Juan Manuel Urgoiti deberá llevar a cabo una profunda reconversión de negocio que debe estar sustentada en un acuerdo inmediato de refinanciación con claros efectos colaterales en la reestructuración societaria de la multinacional gallega.

El desenlace de una Pescanova en manos de los bancos se antoja inevitable teniendo en cuenta el convenio de acreedores que la compañí­a ha ofrecido a las entidades de críédito. El objetivo es reducir la deuda en un 75% y eso sólo se puede asegurar por la ví­a de un acuerdo que recapitalice buena parte de los críéditos pendientes de pago. La fórmula que se maneja en estos momentos parte de una quita de 2.400 millones, de los que la mitad corresponderí­an a la conversión en acciones.

La solución en ciernes es análoga a la que ya se ha empleado en algunas de las más sonadas refinanciaciones llevadas a cabo años atrás en el mercado inmobiliario. En el caso de Pescanova, el referente más parecido es Metrovacesa, actualmente en poder de un pool encabezado por el Santander, BBVA, Popular y Sabadell. La singladura y el historial reconocido de Juan Manuel Urgoiti en el sector financiero explican en gran parte su designación como ‘hombre puente’ entre los acreedores bancarios y el núcleo duro accionarial de Pescanova que forman la cervecera Damm y el fondo luxemburguíés Luxempart.

Liquidación ordenada de Pesca Chile

El nuevo presidente del grupo pesquero estará obligado a trabajar en varios frentes para evitar las diferentes ví­as de agua que amenazan con llevar a pique la empresa. De entrada, Urgoiti ha llegado a un principio de acuerdo con los sí­ndicos que gestionan la quiebra de la filial chilena frenando un colapso en cascada que podrí­a haber afectado a la refinanciación de la matriz en España.

La insolvencia de Pesca Chile fue declarada por los tribunales en mayo pasado a instancias de sus principales acreedores financieros, HSBC y el Banco de Críédito e Inversiones (BCI) de Chile. La empresa entrará ahora en un proceso de liquidación ordenada que supondrá la venta de las piscifactorí­as de salmón de la que está considerada la mayor flota pesquera de Chile, compuesta por nueve buques que aportan un tercio de todas las capturas del grupo gallego.

La salida obligada de Chile indica la pauta del ajuste radical que tiene que sufrir la empresa si quiere mantener una marca multinacional que constituye para la entidad y para España un interesante fondo de comercio. Todo ello a cambio de reducir la dimensión del negocio junto a accionistas financieros que garanticen la estabilidad del capital y otros socios tecnológicos que asuman parte de las actividades en las que Manuel Fernández Sousa embarcó a Pescanova en su huida hacia delante.