Miles de estudiantes españoles verán sus becas Erasmus reducidas en hasta un tercio de lo que se esperaban recibir. La normativa del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte que regula las aportaciones estatales a esta beca, que permite cursar una parte de un curso universitario en el extranjero, lleva este año una sorpresa. El fuerte recorte que Educación asestó a esta partida en los presupuestos de 2013 se materializa ahora en el texto publicado en el Boletín Oficial del Estado del 29 de octubre.
A partir de este curso, se detalla en el BOE, podrán beneficiarse de la aportación del Estado a la estancia universitaria en el extranjero solo “quienes hayan sido beneficiarios de una beca de carácter general†concedida durante el curso anterior. Hasta el pasado miíércoles, haber recibido una beca del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el curso anterior significaba sólo recibir una aportación mayor a la básica.
A partir de ahora, a cambio, quien en el curso 2012-2013 no haya recibido ninguna beca no podrá recibir la dotación económica estatal a su beca Erasmus. El objetivo de este cambio normativo, asegura el Ministerio en una nota, es "garantizar que la aportación llegue a los estudiantes participantes en el programa comunitario de movilidad con más bajos ingresos, complementando así las ayudas europeas distribuidas por el Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos".
Manifestación de estudiantes en madrid
Lo que el Ministerio de Educación aporta al programa supone una cuantía entre los 100 y los 120 euros mensuales, que se añade a los 133 euros que los españoles reciben de la UE y a lo que pueda añadir cada comunidad autónoma en calidad de gastos de desplazamiento.
Las familias pagan
Marina es una estudiante de la Escuela Politíécnica de Ingeniería de Málaga. Ha empezado este curso en Varsovia, en Polonia, gracias a la beca Erasmus: “El único sueldo que entra en mi casa es el de mi padre: elegí esta ciudad porque entre los destinos ofertados es el que menor coste de vida tieneâ€, explica en un correo electrónico a El Confidencial.
En este momento cuenta con una aportación mensual de 330 euros mensuales: 115 de la UE, 110 del Estado español y el resto por parte de su comunidad autónoma. “No da apenas para el alquilerâ€, explica. Para una familia española, esta estancia supone una inversión que será rembolsada sólo a final de año, cuando, en un pago único, lleguen los pagos comunitarios.
Junto a miles de estudiantes ha conseguido que la medida no pasara inadvertida, manifestando su rechazo en las redes sociales con la etiqueta #ErasmusRIP y con una petición en la Plataforma Change.org. "¿Por quíé no nos han avisado antes del comienzo del curso? Es injusto que nos cambien las normas del juego una vez empezado", añade Marina.
No existen datos oficiales sobre la aportación que las familias realizan a aquellos hijos que decidan complementar su formación en una universidad extranjera. Una aportación casi inevitable, ya que entre las cláusulas para acceder a la beca se encuentra el veto a firmar contratos de trabajo de cualquier tipo.
El profesor Emilio García Prieto ha llevado a cabo este cálculo en su ¿Quíé es el programa Erasmus? (Pirámide, 2013), basándose en los datos del Ministerio de Educación. Desde 1987 (fecha de creación de Erasmus) a 2006, las familias se habrían hecho cargo del 80% del coste del programa. Desde ese año, gracias a la introducción de las ayudas complementarias, esa cifra habría caído al 40%.
Desde 2006, los presupuestos generales del Estado prevíén un partida ad hoc para estas aportaciones. Entre 2012 y 2013 llegó el recorte mayor, pasando esta de 36,7 millones de euros hasta 15,2: una reducción del 60%. Desde 2011, la bajada ha sido del 75%.
La demanda de becas Erasmus, por su parte, no apunta a una disminución: es más, según los datos del Ministerio de Educación, en el curso 2012-2013 han sido 36.718 los estudiantes españoles que han salido al extranjero para realizar una parte de sus estudios universitarios, un 11,4% más que el año anterior. El Ministerio, sin embargo, asegura en su nota que "en los dos últimos años ha habido bastantes renuncias a las ayudas Erasmus de los fondos europeos por parte de estudiantes que habían sido seleccionados para ser beneficiarios de dichas ayudas por no contar con medios económicos suficientes".