Fuente:elmundo.es
MADRID.- La vuelta de las vacaciones estivales ha venido acompañada de nuevos sobresaltos para el sector inmobiliario. La sombra de más concursos acreedores millonarios -la antigua suspensión de pagos- planea ahora sobre otras de las grandes empresas del ladrillo: Reyal Urbis, la sociedad presidida por Rafael Santamaría, y Colonial, participada por La Caixa.
Ambas negocian contrarreloj un acuerdo con las principales entidades financieras acreedoras para reestructurar su deuda y las condiciones de amortización de los abultados príéstamos con los que financiaron unas operaciones corporativas que, en su día, les alzaron como líderes del sector. Y tanto Reyal Urbis como Colonial necesitan un acuerdo en los próximos días con las entidades financieras si no quieren verse abocadas a la suspensión de pagos como sucedió con Martinsa Fadesa.
Estas sociedades están inmersas en una situación extremadamente complicada por su elevado endeudamiento, que se ha endurecido a raíz de la depreciación de sus activos por la caída en picado del mercado inmobiliario. Se da la circunstancia de que el control del ratio de endeudamiento es una de los requisitos que más vigila la banca para financiar a las empresas del sector. Y al caer el valor patrimonial de las compañías, este ratio se dispara.
Un incumplimiento en los tíérminos pactados con respecto a la proporción patrimonio deuda suele ir vinculado al vencimiento anticipado de los críéditos.
En el caso concreto de Reyal Urbis (-0.04 / -0.53%), la compañía se ha visto forzada a renegociar con las entidades financieras acreedoras los 3.000 millones de euros solicitados para financiar la adquisición de Urbis al no poder acreditar antes del 3 de septiembre - tal y como estaba previsto en el contrato inicial- el cumplimiento de los ratios financieros pactados. La deuda global de Reyal ascendió a finales de junio a 5.528 millones de euros, lo que representa más del 60% del valor de sus activos.
Según detalló la sociedad en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el pasado viernes, dispone de un waiver (aplazamiento temporal) que la libera hasta la firma del acuerdo de refinanciación de los incumplimientos en los que hubiera incurrido.
Pero para reestructurar la deuda y poder continuar con su actividad, la inmobiliaria necesita el acuerdo de las 39 entidades financieras que participan en el príéstamo sindicado coordinado por el Banco Santander. Tal y como detalla la propia Reyal, la reestructuración cuenta con el respaldo de una "mayoría significativa" de los acreedores. Pero si no hay posición unánime, se aceleraría el vencimiento anticipado del citado críédito y, por tanto, la suspensión de pagos.
Algo similar ocurre con Colonial (-0.01 / -2.7%), la empresa participada por La Caixa y presidida por Juan Josíé Bruguera.
Tal y como revela un informe elaborado por Deloitte, el grupo viene incumpliendo desde marzo de 2008 en determinados requisitos de los príéstamos sindicados. De ahí que el 30 de junio de 2008, las entidades financieras exigen "amortizar de forma anticipada 6.120 millones de euros", detalla el auditor.
Este importe correspondería al príéstamo sindicado que Luis Portillo -entonces presidente de Inmocaral- solicitó para hacerse con el control de Colonial, Riofisa y la participación del 15% que ostenta en FCC.