La operadora británica de telefonía móvil Vodafone logró un beneficio neto atribuido de 17.954 millones de libras esterlinas (21.397 millones de euros) en los seis primeros meses de su ejercicio fiscal, frente a las píérdidas de 1.983 millones de libras (2.362 millones de euros) del mismo periodo del ejercicio precedente, informó la compañía, que atribuyó esta mejora al impacto positivo de beneficios fiscales.
En este sentido, la operadora precisó que la mejora de su resultado operativo corriente se explica por el impacto positivo de 15.700 millones de libras (18.697 millones de euros) principalmente por beneficios fiscales, así como por el impacto negativo por impagos de 5.900 millones de libras (7.026 millones de euros) registrado en sus cuentas del año pasado.
La cifra de negocio del grupo en los seis primeros meses de su ejercicio fiscal alcanzó un total de 19.061 millones de libras (22.716 millones de euros), un 2,5% más que en el mismo periodo del ejercicio precedente, mientras que la deuda neta de la compañía bajó un 2,2%, hasta 23.933 millones de libras (28.523 millones de euros).
El consejero delegado de la compañía, Vittorio Colao, destacó que "a pesar de que las condiciones de 'trading' en Europa continúan siendo duras actualmente, estamos animados por el retorno previsto al crecimiento en los dos próximos años y el potencial de un cambio en el enfoque regulador hacia un mayor apoyo a las inversiones y consolidación en la industria".
En este sentido, el máximo ejecutivo de la compañía británica destacó que en Europa, a pesar de las dificultades macroeconómicas y el entorno regulatorio, el mercado de las telecomunicaciones se acerca a un "punto de inflexión".
De este modo, Vodafone ha confirmado su expectativa de alcanzar un beneficio operativo ajustado de unos 5.000 millones de libras (5.955 millones de euros) y anunció que abonará un dividendo provisional de 3,53 peniques por acción, con una previsión de reparto anual de dividendos de 11 peniques por título.
El pasado mes de septiembre, Vodafone alcanzó un acuerdo para vender a la operadora estadounidense Verizon Communications su negocio en EEUU, cuyo principal activo era el 45% que controlaba en Verizon Wireless, a cambio de 130.000 millones de dólares (96.296 millones de euros) en efectivo y acciones.