El dinero extranjero sigue llegando a la bolsa española. Esta vez es turno para Campofrío. La compañía de elaborados cárnicos ha sido objeto de una oferta pública de compra (OPA) amistosa por parte del grupo mexicano Sigma, que presenta este jueves una suma de cerca de 700 millones de euros para hacer con la compañía fundada y dirigida por la familia Ballvíé. De esta manera, la firma mexicana de alimentación está dispuesta a pagar en efectivo 6,8 euros por acción, lo que representa un 10% de prima sobre el precio de cierre de ayer miíércoles (6,1 euros) y un 26% respecto al precio ponderado por volumen de los últimos seis meses.
Antes de lanzar su oferta, Sigma se ha garantizado el apoyo de accionistas de referencia de Campofrío. Por un lado, tanto el fondo de inversión Oaktree como La Caixa se han comprometido a vender sus participaciones del 24,3% y del 4,2%, respectivamente. Del otro, a esos paquetes se suma el 12,4% de la familia fundadora, que vende su participación, aunque al mismo tiempo su presidente, Pedro Ballvíé, entra como socio inversor junto a la firma mexicana con una proporción equivalente a su participación, en torno al 6% (la otra parte es de los herederos de su hermano Fernando), y con posibilidad de ampliarla hasta el 12% del capital.
La única gran incógnita respecto a la operación pasa por la china Shuanghui, propietaria de un 37% de Campofrío despuíés de que comprara al fabricante estadounidense Smithfield, socio estratíégico de la compañía española. Precisamente, la oferta de Sigma llega en un momento accionarial muy especial, dado que la cárnica china debe resolver antes de finales de diciembre la venta obligatoria de un 7% para quedarse por debajo del umbral del 30% que le exime de lanzar una OPA. Esa incertidumbre, junto a las posiciones vendedoras de Oaktree y La Caixa hacía que hubiera un 30% del capital susceptible de cambiar de manos.
Para resolver este rompecabezas accionarial, Pedro Ballvíé ha sido capaz de convencer a Sigma de la oportunidad que representa Campofrío. De esta manera, el empresario burgalíés repite en cierta medida la operación que trató de hacer hace dos años con la propia Smithfield para quedarse con el control absoluto de la compañía, aunque entonces no prosperó tras el recule de la norteamericana. Ahora, el dinero del socio es mexicano y Ballvíé se convierte su hombre de confianza para España como primer ejecutivo de su filial en nuestro país y al mismo tiempo mantiene la presidencia ejecutiva de Campofrío durante los próximos cinco años.
Este nuevo escenario accionarial abre a Shuanghui un horizonte distinto al imaginado hasta ahora, ya que puede no estar interesado en mantener un 30% de Campofrío siendo socio minoritario. Según fuentes del mercado, Sigma y Ballvíé estarían interesados en que se mantuviera como accionista dada la complementariedad de los mercados en los que operan cada uno de ellos. Esta situación permitiría a la compañía contar con un socio que les diera entrada y mayor presencia geográfica en el mercado asiático y, de esa manera, pasar a estar presentes en tres grandes áreas geográficas (Europa, EEUU y Centroamíérica).
En cualquier caso, Ballvíé ha decidido despejar las incógnitas antes de saber cómo resuelve su situación Shuanghui, una vez que la compañía china había optado por no lanzar una oferta por toda la compañía. Para ello, el empresario burgalíés se ha asociado con Sigma, un grupo alimentario internacional (41 plantas en 10 países) especializado en carnes frías y productos lácteos que factura 2.600 millones de dólares al año, una cifra similar a la de Campofrío. Su nuevo socio forma parte de Alfa, un gran conglomerado industrial mexicano (petroquímico, siderurgia, energía y telecomunicaciones) que factura cerca de 16.000 millones de dólares.