Las votaciones de la planta de Santa Perpí¨tua de Mogoda, donde participaron 219 trabajadores sobre 351, arrojaron un resultado aplastante:217 votos en contra del preacuerdo y solo dos a favor. Con este resultado, el preacuerdo que establecía 750 despidos y una rebaja salarial del 18% entra en vía muerta y depende ahora de la decisión del consejo de la compañía. Una situación que acerca a Panrico al concurso.
Anoche, la empresa dirigida por Carlos Gila y los sindicatos valoraban las votaciones del fin de semana, pero todo apunta a que el rechazo del plan no deja otra opción al consejero delegado que proponer al consejo la solicitud de concurso de acreedores.
El sábado pasado, a las 22.00, la empresa envió un comunicado oficial cantando victoria. El sí al preacuerdo vencía, y así se reflejó en las webs y en las ediciones de papel del domingo. Sin embargo, las cifras tenían matices. La empresa contaba como abstención todo el censo de la fábrica de Santa Perpí¨tua de Mogoda en Barcelona, en cuya asamblea se decidió no votar el sábado y dejar la consulta para el domingo y el lunes.
Los resultados difundidos por la empresa hablaban, para un censo total de 1.767 trabajadores, de 631 abstenciones, 559 votos a favor del preacuerdo y 478 votos en contra. En ese momento, aseguraba el comunicado, “solo falta por celebrarse la asamblea del territorio de Andalucía Ventas y Badajoz, que según la convocatoria oficial se celebrará mañana por la mañana [por el domingo] con un censo de 65 trabajadoresâ€. Es decir, aunque esos 65 trabajadores que faltaban por participar votaran todos, el sí triunfaba y el preacuerdo sería ratificado.
Pero la fábrica más radicalizada de la empresa, cuya plantilla lleva cinco semanas de huelga contra los planes de reestructuración, aún no había votado. Finalmente su resultado ha sido demoledor. La plantilla de Barcelona ha dado la vuelta a las cuentas de la empresa y el preacuerdo se rechaza. Donde el sábado había victoria, el lunes hubo derrota.
En una primera interpretación, la empresa pone en duda los resultados de Barcelona, a la vista de que “no se votó tal y como todo el mundo se comprometió a votarâ€. “No parece muy lógico que se pueda votar conociendo ya el resultado de las otras fábricas. No es razonable que se permita votar por la mañana, por la noche y por la tarde, moviendo físicamente la urna de un lugar a otroâ€.
Pero ayer, en un receso, fuentes de la negociación reconocían que nadie en la mesa cuestionó los resultados. “Hemos pasado de puntillas por el referíéndum, nadie quiere romper. Estamos buscando alternativas, pero está muy difícil, la empresa tiene claro que no hay otra alternativa ahora que el concursoâ€.
La entrada en concurso fue inicialmente prevista por Carlos Gila al hacerse cargo de la empresa. Pero optó por el preconcurso e intentar, en los cuatro meses de plazo que permite la ley, buscar un acuerdo con los trabajadores que le permitiera encauzar los elevados costes operativos de la sociedad. Ahora toda esta estrategia se ha ido al traste; si finalmente el concurso es la vía elegida, dos administradores nombrados por el juez propondrán y decidirán el camino a seguir para buscar la viabilidad de la sociedad. Oaktree y su hombre, Carlos Gila, habrán perdido definitivamente el control.