La canciller alemana, Angela Merkel, describió ayer la conclusión del programa de ayuda financiera a los bancos españoles como uno de los "primeros íéxitos" de la política de reformas y rescates que ella misma ha impuesto en la gestión de la crisis del euro.
En medio de un repaso a sus principales logros durante la última legislatura y respondiendo a quienes critican sus políticas de austeridad y reformas, se felicitó por la recuperación española y celebró que "España caminará de nuevo por su propio pie", atribuyíéndose la autoría intelectual del triunfo y sin olvidar mencionar que "toda la solidaridad alemana debe ser correspondida con esfuerzos por parte de los países ayudados".
Estaba hablando Merkel ante la asamblea del Congreso Alemán de Comercio y los exportadores alemanes asentían, convencidos de que efectivamente Merkel ha logrado un íéxito en España. Así lo cuenta tambiíén el diario alemán Die Welt, que ironiza en sus páginas sobre la campaña publicitaria de la web de citas para adúlteros Victoria Milan, que se anuncia en España con un cartel en el que aparece Rajoy acarameladito con Merkel y, de fondo, un mapa de España con cuernos, dando a entender que Rajoy se la pega a los españoles con la canciller alemana. "100% discreción garantizada. Incluso si eres infiel a todo un país", es el lema.
En este artículo, titulado El reformador preferido de Merkel, Die Welt reprocha a Rajoy el haber incumplido sistemáticamente sus promesas electorales, pero anota una respuesta "en conversación personal" con el presidente español en la que íéste habría explicado que "lo hice para evitar males mayores". Debió ser una conversación convincente porque, despuíés de repasar el rosario de reformas realizadas ya por Rajoy, termina diciendo que "deja la casa bien ordenada", económicamente hablando, se entiende.
La satisfacción de Merkel con el curso de las reformas económicas en España es de sobra conocido. Ayer mismo volvió a justificar que el conjunto de reformas y recortes presupuestarios "han supuesto un fuerte lastre" para los países con problemas, admitiendo indirectamente el alto precio social y reconociendo al Gobierno español el míérito de soportar bajo la presión de una opinión pública muy adversa. La política económica de Rajoy, a ojos de Berlín, encaja a la perfección con lo que será la línea alemana durante la próxima legislatura y que en palabras de Merkel se resume en "consolidación fiscal y mejora de la competitividad".
Acepta fijar un salario mínimo en Alemania
Hay que decir que la propia Merkel tiene dificultades en casa para llevar a cabo esa política de contención sostenida del gasto por la que tanto alaba a España. Ayer reconoció que la legislación del salario mínimo será un hecho en la próxima legislatura, pues así lo ha pactado ya con los socialdemócratas del SPD para engrasar el pacto de la gran coalición de gobierno. Prometió, a modo de lamento, hacer a cambio "todo lo posible para que el salario mínimo termine con el menor número posible de empleos en Alemania".
Se mantiene firme, eso sí, en la negativa a crear más deuda pública, y se aferra con fuerza a sus promesas electorales para no ceder a subidas de impuestos de las que escapa como alma que lleva el diablo. "El acuerdo debe realizarse sin obligar a elevar las cargas tributarias", insistió ayer en su discurso.
En clave europea y de cara a los próximos cuatro años, Merkel instó a sus socios a continuar profundizando en las reformas y ajustes que Berlín ha promovido hasta ahora y repitiendo una vez más el mantra acerca de que la "solidaridad" alemana y la "responsabilidad nacional" son "dos caras de una misma moneda". En sus palabras se desliza la intención de "reforzar" el entramado institucional de la zona euro y de aumentar el nivel de integración de sus miembros. Y todo esto con entusiasmo incombustible. "Creo que no nos debemos parar. Tenemos que hacer la casa del euro más robusta", dijo, en el papel del cerdito que construye su morada de piedra y no se conforma con paredes de paja.
