Los inversores institucionales, aquellos con participaciones relevantes en el accionariado de las empresas, redujeron significativamente sus posiciones en el Banco Santander entre marzo y septiembre ante las incertidumbres que han rodeado a la entidad cántabra. Así, han pasado de representar el 57,17% del capital social en marzo al 50,6% en septiembre. En plena escalada de la acción, los minoritarios ganaron fuerza.
“Desde principios de año, y sobre todo en los últimos dos trimestres, se ha visto cómo los analistas han tomado una posición con un sesgo clarísimamente negativo hacia el Santander y han manifestado su preferencia por BVVAâ€, explica Javier Flores, de Asinver.
A su juicio, esto se debe a la exposición del Santander en Brasil, frente al BBVA en Míéxico, así como a la entrada en la Sareb (banco malo) de la entidad que preside Emilio Botín y el peor ritmo de cumplimiento de Basilea. Las incertidumbres en torno al Santander, sin embargo, no han impedido que sus acciones se hayan revalorizado el 33% desde junio (hace un mes llegaron a subir más del 41%).
La inversión institucional, entre los que se incluyen bancos, fondos de inversión y de pensiones o compañías de seguros, tiende a ser “más estable, más exigente y con mayor información†que los accionistas minoritarios. Para Flores, el hecho de que hayan reducido su peso en el Santander “no es ni negativo ni positivo, pero sí es un reflejo de una preferencia del inversorâ€.
Los inversores institucionales abarcaban al cierre del tercer trimestre el 50,6% del capital social del banco rojo, casi siete puntos menos que el 57,17% que tenían en marzo. En tíérminos absolutos, en septiembre poseían 5.612 millones de acciones, lejos de los 6.025 millones de la pasada primavera. Esta diferencia se produce, además, a pesar de que el Santander emitió casi 500 millones de acciones por el Dividendo Elección en el segundo y tercer trimestre.
El número de inversores relevantes (con más de 400.000 acciones), sin embargo, ha aumentado ligeramente. Así, a los 750 que había en marzo, se han sumado 12 más, hasta 762. Los mayores accionistas institucionales son Blackrock, con una participación del 4,77%, BNP Paribas, con el 2,8%, Norges Bank, con el 2,02% y Vanguard Group, con el 1,54%.
Entre los 762 accionistas con más de 400.000 títulos, no obstante, no todos son institucionales. Tambiíén tienen cabida algunos particulares, como es el caso de varios de los miembros del consejo de administración de la entidad. Sin ir más lejos, su presidente, Emilio Botín, es el quinto mayor accionista, con el 0,70% del capital (casi 79,3 millones de acciones).
El consejo del Santander tienen en su conjunto el 1,72% del banco, frente al 1,88% de marzo. Esta bajada se debe a dos aspectos: de un lado, la salida de Alfredo Sáenz del consejo el pasado abril en favor de Javier Marín, con una participación muy inferior a la del exconsejero delegado; y, por otro, la decisión de Emilio Botín, Ana Patricia Botín y Javier Botín, los tres máximos accionistas particulares de la entidad, de escoger cobrar el dividendo en efectivo y no en acciones.
Obviamente, la huida de los institucionales ha tenido como contrapartida el crecimiento de los accionistas minoristas, que han incrementado su peso del 40,94% al 47,68% en seis meses.
Por tramos, destaca el aumento experimentado en el número de accionistas que tienen entre 3.001 y 30.000 títulos (a precios de mercado actuales, entre 19.100 y 191.100 euros), que crecen de 260.922 a 321.460 (+23,2%). Estos inversores ostentan el 21,69%% del capital.
En cuanto al origen de los inversores del Santander, el 87,58% del capital social estaba radicado en Europa el 30 de septiembre, prácticamente el mismo porcentaje que en marzo (87,58%). ífrica representaba el 0,44% (0,78% seis meses antes) y Amíérica registra una ligera subida, del 11,64% al 12,27%.