Formalizarán en Francia mayor quiebra empresarial en una díécada
Por... Amilcar Morales Garcia
Un tribunal de comercio francíés formalizará hoy la quiebra de la corporación de transporte de paquetería Mory Ducros, segunda de su gíénero en el país y la mayor empresa en declarar la bancarrota durante la última díécada.
La firma emplea a cinco mil trabajadores permanentes y a otros dos mil temporales o subcontratados y moviliza cada día unos cuatro mil 500 vehículos en todo el territorio nacional.
Tras la declaración de impagos, entre dos mil y tres mil puestos fijos están directamente amenazados debido a la contracción de las operaciones, denunciaron los sindicatos, que llamaron a realizar protestas este martes en distintos departamentos.
La Confederación General del Trabajo y la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), las principales centrales gremiales del país, organizaron una concentración frente a la corte de Pontoise, en el departamento de Val-dí¢ í–Oisie, donde se conocerá el caso.
Un comunicado de la CFDT lamentó que los llamados, tanto de propietarios como del gobierno, para salvar a la corporación hayan llegado demasiado tarde, cuando se conocía con anterioridad su delicado estado financiero.
Mory Ducros perdió unos 65 millones de euros en 2012 y a lo largo de este año la caída continuó a un ritmo de cinco millones mensuales.
El viernes anterior Arcole Industries, principal accionista del grupo, anunció la imposibilidad de enfrentar las obligaciones financieras y se acogió a la ley de quiebras.
Hoy los magistrados deben declarar un período de administración judicial mientras se buscan alternativas que varían desde la ayuda estatal, la inversión de capital privado o la compra por alguna sociedad interesada.
En cualquiera de estos casos se realizará una profunda reestructuración para disminuir el volumen de sus actividades, lo cual implica la píérdida de miles de empleos.
Si ninguna de esas soluciones funciona, se pronunciará entonces la orden del cierre definitivo de operaciones y se procederá al despido de todos los trabajadores y la venta de los activos para saldar las deudas.
Desde la bancarrota y la liquidación en 2001 de la industria Moulinex, donde laboraban unas nueve mil personas, no se presentaba en Francia una situación tan grave.