La cuenta atrás ha comenzado. La venta de Realia por parte de FCC y Bankia ha entrado en la recta final y el ritmo de las negociaciones se ha intensificado entre el abanico de fondos interesados en hacerse con la compañía. No en vano, es una de las joyas de la corona del mercado inmobiliario español, de ahí que haya disparado el apetito de todos los potenciales compradores.
“Están todos. Los fondos que siempre aparecen en las quinielas de este tipo de operaciones, todos, están mirando Realiaâ€, afirma un conocedor del proceso. Pero uno de ellos ha tomado la delantera, Fortress, que ha llegado a un acuerdo con Sareb para adquirir la deuda de la inmobiliaria que le traspasó Bankia.
Se trata de 440 millones de euros que convierten al fondo oportunista en el principal acreedor de Realia y, por tanto, le confieren una posición privilegiada en la maratón de negociaciones que se están llevando a cabo y que continuarán en las próximas semanas, según ha podido confirmar este medio con varias fuentes conocedoras de las conversaciones.
Aunque todas las posibilidades están todavía abiertas, el planteamiento consiste en unir fuerzas y presentar una única oferta para, posteriormente, repartirse la compañía. De este modo, todas las partes interesadas podrán hacerse con una parte del pastel –en la medida de lo posible, con la que interese a cada uno- teniendo que desembolsar mucho menos del dinero que necesitarían si fueran en solitario.
OPA en el horizonte
Esta operación lleva consigo que el comprador –o los compradores- deberán lanzar una OPA (oferta pública de adquisición), ya que el paquete que venden Bankia y FCC asciende al 57,6% del capital, lo que confiere el control del grupo y obliga a tener que ampliar la oferta a todos los accionistas.
Realia cotiza actualmente a 0,87 euros, tras haberse revalorizado un 8,7% en lo que llevamos de mes, tiempo en el cual se ha acelerado la operación al haberse contratado a Goldman Sachs para que gestione la venta de la inmobiliaria. De hecho, la cotización del valor se mueve en máximos desde marzo, mes en el que el título perdió el nivel de los 0,9 euros.
Estos precios resultan irrisorios cuando se recuerda que la inmobiliaria llegó a moverse en los 6,5 euros en el verano de 2007, en pleno auge de la burbuja inmobiliaria. Este abismo ha hecho que los inversores que apostaron por el valor cuando arrancó su historia como cotiza hayan visto volatilizarse su dinero.
Entre ellos se encuentran apellidos ilustres como Cosmen, la familia asturiana accionista de National Express y Alsa, que se hizo con un 5% del capital cuando la acción valía en torno a 6 euros y acaba de vender un 2%, cuando en el mercado se intercambian a menos del 90%.
Con los precios actuales, la inmobiliaria alcanza un valor en bolsa de 238 millones.