La recta final de la privatización de Aena, una de las operaciones económicas más brillantes para una legislatura centrada en atajar el díéficit, ha topado con obstáculos que llevarán al Gobierno a aplazar al límite su decisión. La propia Aena había barajado Navidad como fecha límite para iniciar el proceso pero ahora ese plazo se traslada a finales de enero.
Aunque la ministra de Fomento, Ana Pastor, ha aludido a "las condiciones del mercado" como el motivo de la falta de una luz verde definitiva en el Gobierno, las dudas son más bien de corte político para una operación que debe recibir el visto bueno de Hacienda, Economía y la oficina económica de Moncloa. A pesar de la defensa a capa y espada del modelo en red por parte de Pastor (todos los aeropuertos bajo un único paraguas), hay presiones para volver al modelo de concesiones propuesto por el anterior Gobierno y favorable a empresas como, por ejemplo, Ferrovial.
Pero, fundamentalmente, el Ejecutivo quiere evitar a toda costa choques con los Gobiernos regionales por la probabilidad de que, con una gestión que incluya hasta un 60% del capital de Aena en manos privadas, los aeropuertos inviables desde el punto de vista económico acaben siendo cerrados.
Actualmente 39 de los 47 aeropuertos de la red de Aena pierden dinero. En general, el problema que arrastra la red es su abultada deuda de 12.615 millones de euros. La mayor parte de este pasivo está en aeropuertos como Barajas (5.565 millones) o El Prat (1.672 millones) que pueden amortizarla por su elevado tráfico.
Pero cargas financieras más pequeñas, como los 74 millones de euros en Huesca Pirineos se hacen imposibles de llevar por la falta de actividad. Mantenerlo abierto eleva a 1.203,5 euros las píérdidas generadas por cada pasajero que lo utiliza.
'La salida a Bolsa de Aena sería muy bien acogida'
La banca de inversión consultada por este diario no comparte los argumentos que esgrimido la ministra sobre el dudoso momento de mercado para anunciar la salida a Bolsa de Aena.
Los financieros prevíén que 2014 sea el año del regreso de las grandes OPV (Ofertas Públicas de Venta) al mercado español que se paralizaron en 2011, tras el fiasco de Bankia y coinciden en augurar que el primer semestre del año será un buen momento para la Bolsa española a no ser que el país díé una mala sorpresa a los inversores con los datos de su incipiente recuperación económica.
Aena es un activo con buena calidad y ha hecho un esfuerzo de desapalancamiento muy importante en los últimos tiempos. El Gobierno ha estado sondeando al mercado y el problema no es la falta de apetito de los inversores para entrar como institucionales o en una salida a Bolsa sino que el Gobierno no tiene claro si quiere privatizar la compañía y quíé modelo elegir", afirma un directivo de un banco de inversión extranjero.
En la misma línea, desde otro banco de inversión internacional consultado explican que "la salida a Bolsa de una empresa como Aena sería muy bien acogida por los mercados por muchos motivos: tiene un buen equity story, no hay otros operadores de su tamaño en el mercado que puedan competir con ella y sus números son atractivos. Es más un problema político, por lo difícil que es estructurar la privatización, que un problema de apetito del mercado".
Así, más que el apetito de los inversores, la duda es si el Gobierno y los gestores del operador de aeropuertos cumplirán con una privatización que figuraba ya en el programa electoral del PP.
"En la primera parte de 2014 se abrirán ventanas de oportunidad para salir a Bolsa. La duda es si Aena llegará con todos los deberes hechos", añaden desde un tercer banco contactado por este periódico. En este sentido, los expertos consideran que el debut bursátil de una gran empresa como Aena podría servir de impulso a la marca España, pues representaría la vuelta de los activos españoles a la renta variable.