Bloomberg
Por el privilegio de utilizar las autopistas rápidas de Alemania, la canciller Angela Merkel planea cobrarles a todos salvo a los alemanes.
Despuíés de semanas de negociaciones, el bloque conservador de Merkel y los socialdemócratas acordaron aplicar un peaje por el uso de las carreteras del país como parte de un arreglo para formar una coalición de gobierno. Aunque los detalles siguen siendo vagos antes de que asuman el poder, lo que tendrá lugar despuíés que los miembros del partido Social Demócrata voten el acuerdo el 12 de diciembre, una disposición clara es que el impuesto no debe traducirse en costos adicionales para los alemanes.
El plan ha provocado una reacción. Los conductores de los países vecinos dicen que Alemania está atentando contra las fronteras abiertas de Europa. Hasta los habitantes locales cuestionan el sentido de un peaje direccionado, que recaudaría unos 260 millones de euros (353 millones de dólares), de acuerdo con los cálculos del automóvil club alemán ADAC, debido a que no hará mucho por cubrir los costos del mejoramiento de una infraestructura antigua.
“Hemos convertido a Europa en un lugar con libre flujo de tránsito y ahora ponemos en peligro estoâ€, dijo Mike Pinckaers, portavoz de la asociación de conductores de Holanda ANWB. Si Alemania comienza a aplicar un peaje como este, otros países podrían seguir sus pasos, creando divisiones y posiblemente “debilitando el espíritu europeoâ€.
Alemania fue pionera en transporte cuando inauguró la primera autopista sin peaje exclusiva para autos en 1921 en Berlín. La “autobahnâ€, que a menudo no tiene límite de velocidad, dio lugar a una cultura automovilística que ayudó a Bayerische Motoren Werke AG, Mercedes-Benz de Daimler AG y Audi y Porsche de Volkswagen AG a dominar el mercado de los autos de alta gama.
Legado de velocidad
Ese legado de velocidad está en peligro debido a que el dinero que se invierte en caminos, puentes, vías fíérreas y transporte público se redujo en tíérminos reales o se estancó en las últimas dos díécadas, mientras que el tránsito de pasajeros creció 27 por ciento y el transporte de cargas se incrementó un 75 por ciento, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente y la firma de investigaciones económicas alemana DIW.
El peaje tendría especial impacto en quienes habitan en los alrededores como Elisabeth Jaeger, que vive en Dornbirn al oeste de Austria, a unos 20 kilómetros (12 millas) de Alemania. Ella cruza la frontera una vez por mes –a veces para hacer compras en Salzburgo- porque la autopista alemana es más veloz que los serpenteantes caminos alpinos de Austria.
“De donde yo vengo, todo el mundo lo haceâ€, explicó la psicóloga y docente de 34 años. “Me parecería muy injusto que hubiese un peaje sólo para extranjeros. Afectaría a muchas personas y desviaría el tránsito hacia muchos pueblos pequeñosâ€.
Jaeger no es la única enojada. La ministra de Transporte de Austria Doris Bures amenazó con demandar a Alemania ante la Corte de Justicia Europea si se implementa un peaje que discrimine a los conductores extranjeros, según un informe del 27 de noviembre publicado en el diario Kronen Zeitung.