Las autoridades europeas se afanan en buscar nuevas fórmulas para que la banca abra el grifo del críédito, especialmente a las pymes, y díé impulso a la tímida recuperación económica de la eurozona. Su objetivo es que la banca tire del carro del crecimiento, antes de que sea íéste el que empuje su actividad. Y están muy pendientes de la contracción de los príéstamos en España, tal y como han dejado patente los tíécnicos de la troika en su quinta visita a Madrid, la última para comprobar la buena marcha del programa de rescate financiero por 41.000 millones de euros, que expira en enero de 2014. La firma de análisis Bank of America Merrill Lynch (BofAML) sostiene que la solución más rápida para acabar con la atonía del críédito en los países adscritos a la moneda única reside en cumplir las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su cuarta evaluación del rescate: aumentar la solvencia. El organismo que preside Christine Lagarde propuso que la reciente norma fiscal aprobada por el Gobierno -para blindar 30.000 millones de euros del capital de la banca de las deducciones de Basilea III- exigiera contrapartidas a las entidades, como acometer ampliaciones de capital y prorrogar a 2014 la restricción del dividendo en efectivo al 25% del beneficio. Un aumento de capital sería más efectivo que cualquier herramienta de política monetaria del BCE Según BofAML, este es el mejor camino para reanudar el flujo del críédito en el Viejo Continente. La banca europea necesita 70.000 millones de euros de capital, de los que 40.000 millones de euros -el 57% del total- corresponden a la banca española. Los 30.000 millones de euros restantes se reparten entre Italia (20.000 millones), Portugal (5.000 millones) y otros países. De hecho, el informe firmado por los analistas Alastair Ryan y Michael Helsby justifica la mayor necesidad de reforzar la solvencia de la banca española respecto a otros socios de la periferia europea en el hecho de que íésta es responsable del 80% del descenso del críédito registrado en la eurozona. Los expertos defienden que un aumento de capital sería más efectivo para reanimar el críédito que las herramientas de política monetaria de BCE. Y no solo se refieren a los bajos tipos de interíés, sino tambiíén a posibles innovaciones, como establecer tipos negativos a los depósitos que las entidades tienen aparcados en la institución, o nuevas megasubastas de liquidez (LTRO) en 2014. Según su tesis, a falta de una ampliación de capital de esta magnitud, será el progresivo crecimiento de la eurozona el que acabará por dar impulso a la actividad bancaria, y no al revíés. El próximo año todas las economías europeas crecerán por primera vez desde que estalló la crisis, aventura BofAML. Aunque el crecimiento de la eurozona estará por debajo del de otras grandes economías, como la de Estados Unidos, Reino Unido, Japón o Amíérica Latina.