El Gobierno acudirá al rescate de Murcia y el aeropuerto fantasma de Corvera, promovido en la pasada díécada por el presidente regional Ramón Luis Valcárcel junto a empresarios locales pero paralizado desde comienzos de 2012 por las dudas sobre su viabilidad y el reparto de las cargas financieras. A instancias del Ministerio de Economía, el Instituto de Críédito Oficial (ICO) pondrá a disposición de la Comunidad Murciana hasta 40,61 millones de euros para liberarla de la carga que supone un aval de 200 millones de euros ya vencido y que no puede pagar.
Los problemas que atraviesa la puesta en marcha el aeropuerto de Corvera han dejado en el aire su necesidad. A pesar de tener el Altet de Alicante a solo 70 kilómetros y el de San Javier a 39 kilómetros, Murcia lo solicitó en el año 2000 y el Ministerio de Fomento lo declaró "de interíés general en 2003". Sería de carácter internacional, con una pista de tres kilómetros de largo, una terminal de 28.000 metros cuadrados y una previsión inicial de cinco millones de pasajeros que despuíés se rebajaron a tres. La construcción y gestión se realizaría en ríégimen de concesión a cargo de Aeromur, participada en un 60% por Sacyr, presidida entonces por el murciano Luis del Rivero.
A día de hoy el aeropuerto no está finalizado y su puesta en marcha exigiría aún un largo proceso de certificación que demoraría las primeras operaciones hasta finales de 2014. Probablemente, exigiría el cierre de San Javier con una indemnización que Aena valora en 70 millones de euros.
Necesita un rescate
Pero lo que es seguro es que ya necesita un rescate. Los 40 millones de euros aportados por el ICO son parte de un críédito sindicado junto a La Caixa, Banco Espirito Santo y Bankia, entre otras entidades, a favor de la concesionaria del aeropuerto, Aeromur, por 200 millones de euros. La garantía, un aval firmado por el parlamento autonómico, venció el pasado mes de septiembre pero fue prorrogado dos meses, al tíérmino de los cuales los bancos podrían ejecutarlo, desencadenando un grave problema político en una de las comunidades más endeudadas de España. Su presidente Valcárcel tiene previsto desde hace meses abandonar el cargo para concurrir por el Partido Popular a las elecciones europeas de la próxima primavera, algo improbable si no se resuelve antes el problema de Corvera.
Pero se trata de una resolución aún por concertar en la que deben casar distintos intereses. El más importante es el económico. La financiación permitirá que los bancos acreedores de la infraestructura ejecuten el aval, sustituyíéndolo por un críédito. De esta manera, las entidades se aseguran el cobro de un príéstamo tóxico y el impacto sobre la región del agujero presupuestario provocado por el aeropuerto se diluye.
Sin embargo, antes de volver a prestar el dinero para un proyecto que ya ha fallado una vez, el Gobierno, La Caixa y el resto de entidades necesitan que el Gobierno regional y la concesionaria firmen un nuevo contrato para la explotación del aeropuerto. Pero en la consejería de Economía, cuyo responsable Juan Bernal, podría ser el sucesor en la presidencia murciana, no dan aún el problema por resuelto. La herencia de Valcárcel puede ser difícil de digerir, al menos en lo que se refiere a Corvera.
"Estamos negociando y eso ya es un avance respecto a hace unos meses pero no significa que vayamos a llegar a un acuerdo con Aeromur", indican fuentes de la consejería de Economía murciana.
La concesionaria liderada por Sacyr exige que el parlamento autonómico fije la estabilidad financiera del aeropuerto por ley. De esta manera, la administración estaría obligada a compensar las píérdidas de Corvera durante el periodo que dure el contrato y el críédito podría ser devuelto.
El riesgo es que, a pesar de todo, las previsiones de tráfico vuelvan a fallar o que sencillamente la competencia acabe por hacerlo inviable. Aena así lo señaló en un informe de 2012, aunque fuentes de Sacyr sostienen lo contrario.