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Autor Tema: Un mercado  (Leído 205 veces)

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Un mercado
« en: Diciembre 12, 2013, 07:44:44 pm »
Por  Santiago Niño Becerra .

Hace unos dí­as recibí­ un mail.

“Quisiera compartir con Ud. unas reflexiones acerca del comercio minorista y la crisis en la que se halla sumergido que está provocando su práctica desaparición en muchos barrios... salvo aquellos que están logrando adaptarse a los nuevos tiempos, y de esa adaptación querí­a hablarle.

 
En el restringido entorno en el que me muevo estoy viendo mucho movimiento en ese sentido: conozco muy de cerca el tema de las droguerí­as/perfumerí­as de barrio y más concretamente todo lo relacionado con el aseo masculino (sobre todo una parcela muy especializada que es el afeitado clásico: perfumes, brochas, cremas, jabones, etc.) por afición e interíés.

Estoy en muchos foros de internet relacionados con ese tema, he tratado con mucha gente y me he "pateado" infinidad de negocios, tanto "tradicionales" como online buscando esto o aquello, muchas veces descatalogado y/o difí­cil de encontrar.

Como podrá suponer es un campo muy especí­fico y acotado que debido a su idiosincrasia particular probablemente no se pueda extrapolar a otros sectores, pero me gustarí­a comentarle su evolución para que vea cómo los que trabajan en este campo se están adaptando.

En un principio, para buscar artí­culos de esta afición tan "vintage" la gente solí­a intercambiarse información sobre las escasas tiendas fí­sicas donde adquirirlos, incluso organizado por provincias y paí­ses. Solí­a ser bastante común que si alguien viajaba fuera diera "parte" en el foro de turno por si alguien querí­a que le trajera algún artí­culo "exótico" y compartir los gastos. Tambiíén si alguien encontraba un "alijo" en la tí­pica droguerí­a polvorienta que estuviera liquidando algo interesante se montaba una conjunta. Normalmente, el tendero no tení­a ni idea de lo que estaba vendiendo ni tení­a el menor interíés a no ser que quisiera quitárselo de encima. Era muy tí­pico que en las estanterí­as tuviera artí­culos muy pasados de precio que rara vez vendí­a y de los que normalmente sabí­a menos que cualquier aficionado que estuviera mí­nimamente informado.

Pues bien, se está dando un giro radical en la manera de adquirir estos artí­culos, como podrá suponer hacia la Red pero sobre todo en la manera de hacer las cosas. Están surgiendo nuevos negocios online nacionales o incluso algún caso hay que ante la escalada imparable de costes de mantener un local (sobre todo los impuestos y recibos de la luz, disparatados y subiendo) han echado la persiana y se han reconvertido en tienda... desde su casa y online.

Eso sí­, antes de eso han procurado hacerse con una pequeña clientela fiel que son los usuarios de esos foros estudiando el tema a fondo: cuáles son nuestros gustos, quíé artí­culos están más de moda o son más buscados, participando como un forero más (de interíés comercial evidentemente), organizando sorteos, concursos, descuentos, regalando muestras o artí­culos en "príéstamo" para que la gente los evalúe y haga revisiones (normalmente positivas para animar a la gente a su compra). En definitiva, haciendo de Community Managers de sí­ mismos.

Tambiíén ha habido un re-surgimiento del trabajo artesano en este mundillo que me ha resultado bastante sorprendente. Antes por ponerle un ejemplo si alguien querí­a una brocha de afeitar con unas caracterí­sticas particulares tení­a que ponerse de acuerdo con un montón de usuarios para organizar una conjunta y que al fabricante de turno le saliera a cuenta realizar una tirada especí­fica. Ahora han surgido foreros que las fabrican artesanalmente en el material que quieras, con la forma que quieras y el pelo que quieras sin problema, y que han llegado incluso a hacer acuerdos de distribución con alguna tienda online. Evidentemente más caras que las de "serie" pero la gente las compra porque son artí­culos que bien cuidados duran muchos años, son de una calidad superior  y por tanto una inversión. Pero no sólo eso, sino que además hay otra gente que está empezando a fabricar sus propios jabones de afeitar artesanos (bastante más complicados de formular que los normales de baño), after-shaves o incluso tazones de espumar (sí­, hasta tenemos algún alfarero) o mangos de maquinillas clásicas en distintos materiales (acero, latón, bronce..., sí­ tornero tambiíén hay) y vendiíéndolos si tienen suficiente íéxito incluso en el extranjero (el de los mangos no da abasto mandando a USA y uno que hace jabones se le agotan constantemente).

Estoy viendo ante mis ojos que la tan cacareada polí­tica de "emprendedor" se está dando pero no gracias a los incentivos de las Administraciones Públicas, sino por parte de gente que se adapta a los nuevos medios y se busca la vida, literalmente. Y pienso que ante la disminución del comercio de barrio de toda la vida, el futuro será ese: buscar un nicho especializado, cuidar al cliente, ofrecer constantemente novedades en función de sus gustos... y no de los intereses del proveedor de turno o de la necesidad de aumentar márgenes comerciales. Porque como podrá tambiíén suponer, la competencia en cuanto a servicio y precios es feroz, y pobre de aquel comercial que trate mal a un cliente o no tenga un servicio postventa exquisito, porque su reputación online puede caer muy drásticamente en poco tiempo (de ahí­ la obsesión de los vendedores de tener votos positivos en Ebay y esas cosas) e irse la gente rápidamente a la "competencia".

Porque si hay algo que es radicalmente distinto es el trato al cliente: en muchos comercios tradicionales como no fueras "de toda la vida" no te hací­an mucho caso o directamente te encontrabas a la tí­pica sub-empleada sin mucha idea atendiendo el mostrador como podí­a. En cambio en estos saben perfectamente lo que venden, te tratan con exquisitez contestando todas tus preguntas lo más rápido que pueden y cuidan mucho que estíés satisfecho con ellos. Resumiendo: el concepto tan anglosajón de reputación exportado a estos lares, que ojalá se llevara más en otros sectores...”

Mi respuesta fue:

“Por lo que veo se trata de un mercado de número de ofertantes y demandantes limitado que fabrica y comercia con bienes especí­ficos, incluso originales, de precio medio alto y alto. Es un mercado que puede mantenerse perfectamente en equilibrio aunque el planeta se halle inmerso en una crisis debido a lo anteriormente apuntado. Es posible que los nombres y apellidos de oferentes y demandantes varí­en, pero su especificidad y limitación preserva su existencia. Lo único que podrí­a pasar es que se descubriese que esa forma de afeitado produce algún tipo de enfermedad horrible, o que el número de oferentes se disparase por lo que los precios se hundirí­an; supuestos ambos bastante raros.

Dicen que todo tiene su mercado, el truco está en hallarlo”.

Algo que no incluí­ en mi respuesta y que añado ahora: la reputación: mi lector hací­a referencia a ella, y sobre ella últimamente se está hablando bastante. En un mundo infinito pero sin distancias, habitado por millones de desconocidos pero muy fácilmente identificables, ese atributo va a valer su peso en osmio. Y ya saben lo que pasa con la reputación: cuando se ha perdido …

Foro de bolsa, un saludo.


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