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Autor Tema: Bali, un paquete amargo...  (Leído 111 veces)

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Bali, un paquete amargo...
« en: Diciembre 15, 2013, 06:47:37 pm »
Por...  Alberto Villarreal 


La Organización Mundial del Comercio (OMC), las grandes potencias y los monopolios mediáticos presentaron la novena Conferencia Ministerial de Bali como un avance en pos de concluir la Ronda de Doha inaugurada en 2001. Eso no es sensato. Tras 12 años de negociaciones trabadas y de tono antidemocrático, no es justamente en el cumplimiento de la promesa de desarrollo para los paí­ses más pobres en lo que se ha avanzado.
 
Excepto pocas excepciones, los magros 'avances' favorecieron a las grandes potencias, sus empresas e intereses comerciales. El llamado 'paquete de Bali' era de por sí­ restringido frente al de Doha. Desde antes, pero de manera más decidida desde que asumió Roberto Azevíªdo como director general, las negociaciones se limitaron a tres aspectos: un acuerdo sobre facilitación del comercio, algunas medidas relativas a la llamada liberalización de la agricultura, y un paquete de medidas para los paí­ses menos adelantados.
 
El acuerdo sobre la facilitación del comercio, que era el que más interesaba a Estados Unidos y demás paí­ses desarrollados, fue el único acuerdo vinculante que arrojó la Conferencia Ministerial de Bali. Es un acuerdo costoso para la mayorí­a de los paí­ses en desarrollo, que deberán acondicionar su infraestructura y procedimientos aduaneros tan sólo para garantizar más fácil acceso y ganancias a las grandes empresas transnacionales.
 
A cambio de ese acuerdo vinculante, los paí­ses en desarrollo no obtuvieron nada, salvo la promesa reiterada de cumplir decisiones ya adoptadas en conferencias anteriores. Para los paí­ses menos adelantados, el Paquete de Bali incluí­a polí­ticas ya acordadas hace casi una díécada pero que nunca se aplicaron. Finalmente se adoptó la decisión de concederles acceso al mercado libre de aranceles y de cupos, pero esa decisión no es en absoluto vinculante. Además, algo que fue denunciado por organizaciones civiles, a cambio se les obligó aceptar el acuerdo vinculante de facilitación del comercio. El trato especial y diferenciado que se les depararí­a a los paí­ses en desarrollo fue en realidad para los paí­ses desarrollados y sus empresas.
 
La eliminación de los subsidios al algodón, un viejo reclamo de algunos paí­ses pobres que lo producen, como Malí­, Chad, Camerún y Burkina Faso, sigue sin implementarse. Estados Unidos se comprometió en 2005 a eliminar los enormes subsidios a sus cultivadores pero nunca cumplió su promesa. En Bali, en lugar de exigí­rsele el cumplimiento de ese compromiso, lo único que se decidió es que se emprendan "discusiones especí­ficas".
 
Otro tanto ocurrió con los subsidios a la exportación. En la declaración ministerial de Hong Kong en 2005 se adoptó el compromiso de eliminar todos los subsidios a las exportaciones, a más tardar en 2013. A pesar de los esfuerzos vehementes de Argentina, secundada por otros paí­ses latinoamericanos, para que en Bali se cumpliera ese compromiso, lo único que se decidió es una nueva promesa retórica de que "la competencia de las exportaciones sigue siendo un asunto prioritario del programa de trabajo pos-Bali". Es decir, se mantiene la protección para las grandes empresas de los paí­ses desarrollados, mientras que a la mayorí­a de los pueblos del mundo se los sigue sometiendo a la 'libre competencia'.
 
El movimiento mundial de pequeños productores y trabajadores del campo La Ví­a Campesina y sus aliados creemos que los alimentos no deben ser tratados como mercancí­as, porque la alimentación es un derecho humano fundamental y una condición para la supervivencia. Además, la agricultura difiere sustancialmente de la producción industrial y no se le puede dar el mismo trato. Por eso la agricultura y la alimentación no deberí­an ser temas sobre los que decida una institución como la OMC, cuyo cometido es la apertura y liberalización de los mercados (del Tercer Mundo) a toda costa. En Bali, Estados Unidos y Europa consiguieron, una vez más, evitar que se discuta sobre los abultadí­simos subsidios a sus agricultores. En cambio, el debate se centró en si era legal o no la modalidad de subsidio que los gobiernos de los paí­ses pobres pueden dar a sus agricultores, a saber, los programas de compras gubernamentales de alimentos a precios subsidiados para, a su vez, ofrecer alimentos a bajo costo a los sectores más pobres de la población.
 
Estados Unidos y otros paí­ses agroexportadores presionaron para que la Cláusula de Paz -que impide que terceros paí­ses demanden ante el órgano de solución de diferencias de la OMC a aquellos que, como India, tienen programas de subsidios indirectos- expirara en cuatro años. Mientras tanto, India y otros miembros del G33 luchaban por la legalidad de esos programas orientados a garantizar la seguridad alimentaria de su población más pobre. Al final, y a condición de aprobar el acuerdo sobre facilitación del comercio, lo único que India y sus aliados consiguieron fue que la Cláusula de Paz no expire antes de que se le haya encontrado una solución permanente a este asunto. Eso será motivo de negociaciones en los próximos cuatro años, pero las caracterí­sticas de esa solución permanente son todaví­a completamente inciertas.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...