Buenas.
Es que no aprendemos.., ¿eh?. Hace pocos días se ponía, como ejemplo del hipotíético comienzo de la recuperación en España, el hecho de que el precio de las viviendas comenzaba a recuperarse…, un 0,7%. Pero a ver…, que nos hemos metido de lleno en un problemón de primer orden, entre otras cosas, por alimentar la burbuja inmobiliaria. Que estaba muy bien eso de que las viviendas subieran y subieran de precio…, y ahora me dicen que está bien que el precio de las viviendas haya subido un 0,7%. A ver…, niños…, ¿no hemos aprendido nada?. Por lo que se ve…, hay algunos niños que no…, no han aprendido nada.
La recuperación no vendrá por ahí, por la subida de los precios de los inmuebles. Y si viene por ese lado, muy flaco favor nos estaremos haciendo. La recuperación deberá venir por la estabilidad en el mercado del trabajo y la reducción de las listas del paro. Y punto. Y cualquier otra cosa o idea, en mi modesta opinión, serán (y perdón por la extrema claridad) “pampliná’s de la carlotaâ€.
La recuperación vendrá cuando chavales, como mis hijos, de 17 y 14 años, dejen de pensar que para poder vivir decentemente, tendrán que abandonar su país. Y piensan esto, no porque sean jóvenes, intríépidos y con espíritu aventurero. Lo piensan porque traducen lo que ven y oyen a diario. Cuando crean que en su propio país tienen un futuro esperanzador, esto habrá comenzado a cambiar. Y para eso…, todavía queda (sigo esperanzado que algún día llegue). Vendrá la recuperación cuando el paro comience a reducirse, no porque los parados se vayan, sino porque se empieza a crear empleo. Cualquier otra cosa, insisto, tontería sobre tontería.
Siempre me han dicho que la economía tiene memoria de pez. Pero es que ni de eso siquiera. Ya me da pánico lo que comienzo a entrever… que para salir de esta, lo mejor, será volver a entrar donde estábamos. De esa, si se produce…, no saldremos “tan bienâ€, como esperamos salir de íésta. (Fíjense lo que digo…).
En fin…, que nos quedan muy pocos días para celebrar unas fiestas que deben serlo (felices), y por mí no va a quedar. Sea como fuere, y como quiera que ahora no nos deseamos Feliz 2.015 en lugar de Feliz 2.014, este nuevo año, parece que no se muestra peor que el 2.013. Siempre que la luz no suba un 11%, que el paro no aumente, que los bancos comiencen a prestar (que es su trabajo y función), que la corrupción desaparezca, que los políticos escuchen a los ciudadanos y se preocupen por sus problemas (si es que lo han hecho alguna vez), que deje de judicializarse la vida de nuestro país, y que interesemos a los inversores exteriores, no por nuestros chollos, sino por nuestra productividad y calidad.
¿Es tanto lo que pido?..., creo que no. Por ello, el 2.014, será mejor. No lo dude. Yo, por si acaso, no lo hago.
Felices Fiestas.
Vale.
Oberon.