INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: Mundos dentro de otros mundos  (Leído 1889 veces)

Scientia

  • Administrador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 37.976
  • Karma: +0/-1
  • Sexo: Femenino
Mundos dentro de otros mundos
« en: Septiembre 07, 2008, 09:14:20 pm »
Muchos hechos paranormales parecen acontecer en algún lugar, en el lí­mite de la realidad, como si entráramos en contacto con otro plano de existencia. ¿Acaso podemos hablar propiamente de una "dimensión desconocida"?




Hace casi un siglo, el reverendo Edwin Abbott escribió un libro titulado Flatland, "A Romance of Many Dimensions" (Paí­s llano, una novela de muchas dimensiones). Flatland era un mundo de dos dimensiones, una superficie llana sobre la que seres de diversas formas geomíétricas se deslizaban, sin abandonar nunca ese mundo o imaginar siquiera que pudiera existir algo distinto. La vida transcurrí­a plácidamente en Flatland hasta que, un dí­a, un habitante común, un cuadrado, tuvo una experiencia paranormal: una visita de un ser del Más Allá. Lo que estaba viendo era un cuerpo tridimensional, una esfera, pero cuando el objeto penetró en Flatland sólo percibió su sección transversal, es decir, un cí­rculo. El visitante abrió los ojos al cuadrado haciíéndole ver la superficie llana en que viví­a y la posibilidad de la existencia de una tercera dimensión. Cuando el cuadrado volvió a casa nadie querí­a creerle y fue encarcelado por considerársele una amenaza para la sociedad. Muchos cientí­ficos medievales y no pocos investigadores modernos han pasado por situaciones semejantes.

¿Quíé sentirí­amos si fuíéramos habitantes de Flatland? Su mundo es tan real para ellos como el nuestro para nosotros. Pueden deslizarse adelante, atrás y a los lados siempre en el mismo plano, pero no tienen idea de lo que es "arriba" y "abajo". Tales palabras no existen en Flatland.

Nosotros, con nuestro conocimiento de una tercera dimensión del espacio, podrí­amos hacerles todo tipo de jugarretas a los habitantes de Flatland: colgar sobre ellos objetos de diversas formas y proyectar sombras en la superficie moviendo la luz de aquí­ para allá a fin de que las sombras cambiaran rápidamente de forma y resultaran terrorí­ficas. La población de este mundo bidimensional verí­a un ser extraordinario que va cambiando de forma y que, de pronto, desaparece.


Pero junto a estos fenómenos mentales y espirituales hay una prueba más tangible de la existencia de la comunicación a travíés de otras dimensiones. La aparición y desaparición de objetos y personas en circunstancias misteriosas ha sido relacionada tambiíén con la idea de "espacios superiores".

versión modo texto simple, utilice el enlace debajo para ver este artí­culo completo
Lo Inexplicable (Otras Dimensiones)



Scientia

  • Administrador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 37.976
  • Karma: +0/-1
  • Sexo: Femenino
Re: Mundos dentro de otros mundos
« Respuesta #1 en: Septiembre 07, 2008, 09:14:57 pm »
Los OVNIS y la cuarta dimensión
Sin embargo, los amigos que no hubieran presenciado estos hechos no los creerí­an fácilmente. Las personas que han entrado en contacto con OVNIS han tenido el mismo problema. Y, sin embargo, es posible que los OVNIS y las "apariciones" de todo tipo no sean sino "proyecciones" tridimensionales de seres que existen en un espacio de cuatro o más dimensiones; un espacio que nos es imposible percibir o imaginar y que sólo podemos comprender en abstracto
Cuando una esfera atraviesa Flatland, los habitantes de ese paí­s sólo pueden percibir su sección transversal: es decir, un disco que es primero un punto y va creciendo hasta llegar al diámetro completo de la esfera para volver a "encogerse" cuando la esfera termina de pasar. Un objeto diferente, como por ejemplo un cubo, darí­a lugar a apariciones de formas y comportamiento diversos. Del mismo modo, al atravesar una "hiperesfera" o un "hipercubo" de cuatro dimensiones, nuestro universo tridimensional -uno de los muchos que los seres tetradimensionales podrí­an percibir-, darí­a lugar a apariciones que serí­an su "sección transversal" tridimensional. Crecerí­an, disminuirí­an, cambiarí­an de forma, se romperí­an en fragmentos y seguirí­an cursos erráticos de acuerdo con la complejidad de la forma del objeto tetradimensional y su movimiento en el espacio superior.

A todos nos cuesta comprender que nosotros, al igual que los habitantes de Flatland, acaso captemos sólo una pequeña parte de la realidad. Estarí­amos de acuerdo en que los conceptos de realidad de los habitantes de Flatland son incompletos, mientras que quizá pasáramos por alto el hecho de que los nuestros pueden resultar igualmente incompletos sólo porque nuestra experiencia de la realidad está limitada por la extensión de nuestros cinco sentidos. La teorí­a de la relatividad de Einstein predijo el espacio curvo, el tiempo relativo y los agujeros negros. Algunas de estas predicciones han sido confirmadas, pero aún no podemos atribuirnos ninguna capacidad para visualizar tales fenómenos. Creemos que los cientí­ficos saben de lo que están hablando con sus horizontes limitados y agujeros de gusano en el espacio, y renunciamos a ulteriores análisis. Bastantes problemas nos plantea el llegar a un acuerdo sobre la realidad que podemos percibir.

Sin embargo, los seres humanos consiguen a veces escapar y visitar otras dimensiones:
El campo de mi visión empezaba a ensancharse... Podí­a distinguir las paredes de la casa. Al principio parecí­an muy oscuras y opacas, pero luego lleguíé a distinguir las paredes de la vivienda vecina. Inmediatamente íéstas tambiíén se convirtieron en luz y desaparecieron, fundiíéndose como nubes ante el avance de mi visión. Ahora podí­a ver los objetos, muebles y personas de la casa vecina tan fácilmente como los de la habitación en que me hallaba...

Esta experiencia le ocurrió en 1844 a un joven americano que apenas sabí­a leer y escribir, llamado Andrew Jackson Davis, "el vidente de Poughkeepsie". Continúa describiendo cómo, despuíés de ser hipnotizado por el sastre del pueblo, sus percepciones "aumentaron" hasta que pudo ver "los cerebros, las ví­sceras y la anatomí­a completa de animales que en aquel momento estaban durmiendo o rondando por los bosques". En las numerosas sesiones que siguieron, aplicó a usos prácticos la información que adquirí­a a travíés de la clarividencia: hizo diagnósticos míédicos a distancia, anticipándose en 60 años a la labor de su compatriota Edgar Cayce, y finalmente adquirió los conocimientos necesarios para escribir 27 libros, entre ellos The great harmonia (La gran armoní­a), en cinco volúmenes.

Mediums y bancos de memoria
Edgar Cayce (1877-1945) era otra persona que parecí­a capaz de tener acceso a una gran cantidad de información sobre temas que iban desde la Atlántida, el antiguo Egipto y la reencarnación hasta curas para prácticamente todas las enfermedades conocidas. Podí­a hacer a distancia una descripción detallada de sus pacientes incluyendo, por si fuera poco, datos relativos a su vida pasada y futura. Sin embargo, en más de 14 000 sesiones en las que una voz anónima se hizo cargo del cuerpo de Cayce durante sus trances autoinducidos, hay poquí­simas indicaciones referentes a cómo actuaba. Se hicieron referencias a "el plano interno-intermedio" que aparentemente todos ocupamos mientras esperamos reencarnamos, y a "reinos donde puede obtenerse información".

Gíérard Croiset, el curandero clarividente holandíés, era más locuaz acerca de sus viajes a travíés del tiempo y el espacio. "Primero -decí­a- veo como una niebla. Esta niebla, igual que en un papel impreso, se compone de puntitos." Cuando estaba suficientemente interesado en el caso, los puntos formaban lí­neas. Esto, aclaraba; era la "primera dimensión", y a veces sus visiones no pasaban de ahí­. Sin embargo, cuando se sentí­a particularmente identificado con el caso, las lí­neas se cruzaban y empezaban a formar figuras bidimensionales, igual que las fotografí­as. Por último, si estaba en plena forma, las imágenes cobraban vida.

El sacerdote y curandero checosvolaco Frantisek Ferda puede hacer diagnósticos y prescripciones muy precisos a distancia, llegando hasta la cifra de 35 por dí­a. Tambiíén identifica la causa de la enfermedad: si se debe a ingerir alimentos en mal estado, a un escape de gas de una estufa o incluso a accidentes que ocurrieron a los antepasados del enfermo. "Desciendo y entro en una especie de archivo de donde tomo los datos que necesito", dice. Ferda está. Convencido de que este "campo de información" contiene un registro completo de los acontecimientos, ideas y pensamientos pasados.

Mientras adquiere estos conocimientos, sus sentidos no perciben absolutamente nada, excepto el sonido. A diferencia de Davis, Cayce y Croiset, Ferda no ve. A íél le parece que su información, tan precisa, acerca de las diversas partes del cuerpo del paciente se la comunican al oí­do. La mención de este "archivo" hace pensar en los "registros akásicos", que se cree contienen una reseña completa de la historia del Universo y que se hacen visibles a mediums en trance. El psicólogo doctor Zdeñek Rejdák ha afirmado que la existencia de tan amplio campo de información es una "realidad objetiva".

Actualmente parece innegable que algunas personas son capaces de recoger información a travíés del espacio y del tiempo, a pesar de que el medio por el que estos datos son almacenados y transmitidos sigue siendo un completo misterio. El doctor Rejdák pretende que ya es posible "recrear" acontecimientos pasados contactando el campo de información. Está convencido de que una comprensión más completa de ello ayudará a explicar diversos fenómenos, incluida la reencarnación. Se trata sin duda de un campo extremadamente prometedor para la investigación futura de lo paranormal.

cristalino23

  • Visitante
Re: Mundos dentro de otros mundos
« Respuesta #2 en: Septiembre 08, 2008, 09:13:35 am »


Esta experiencia le ocurrió en 1844 a un joven americano que apenas sabí­a leer y escribir, llamado Andrew Jackson Davis, "el vidente de Poughkeepsie". Continúa describiendo cómo, despuíés de ser hipnotizado por el sastre del pueblo, sus percepciones "aumentaron" hasta que pudo ver "los cerebros, las ví­sceras y la anatomí­a completa de animales que en aquel momento estaban durmiendo o rondando por los bosques". En las numerosas sesiones que siguieron, aplicó a usos prácticos la información que adquirí­a a travíés de la clarividencia: hizo diagnósticos míédicos a distancia, anticipándose en 60 años a la labor de su compatriota Edgar Cayce, y finalmente adquirió los conocimientos necesarios para escribir 27 libros, entre ellos The great harmonia (La gran armoní­a), en cinco volúmenes.

Mediums y bancos de memoria
Edgar Cayce (1877-1945) era otra persona que parecí­a capaz de tener acceso a una gran cantidad de información sobre temas que iban desde la Atlántida, el antiguo Egipto y la reencarnación hasta curas para prácticamente todas las enfermedades conocidas. Podí­a hacer a distancia una descripción detallada de sus pacientes incluyendo, por si fuera poco, datos relativos a su vida pasada y futura. Sin embargo, en más de 14 000 sesiones en las que una voz anónima se hizo cargo del cuerpo de Cayce durante sus trances autoinducidos, hay poquí­simas indicaciones referentes a cómo actuaba. Se hicieron referencias a "el plano interno-intermedio" que aparentemente todos ocupamos mientras esperamos reencarnamos, y a "reinos donde puede obtenerse información".

Gíérard Croiset, el curandero clarividente holandíés, era más locuaz acerca de sus viajes a travíés del tiempo y el espacio. "Primero -decí­a- veo como una niebla. Esta niebla, igual que en un papel impreso, se compone de puntitos." Cuando estaba suficientemente interesado en el caso, los puntos formaban lí­neas. Esto, aclaraba; era la "primera dimensión", y a veces sus visiones no pasaban de ahí­. Sin embargo, cuando se sentí­a particularmente identificado con el caso, las lí­neas se cruzaban y empezaban a formar figuras bidimensionales, igual que las fotografí­as. Por último, si estaba en plena forma, las imágenes cobraban vida.

El sacerdote y curandero checosvolaco Frantisek Ferda puede hacer diagnósticos y prescripciones muy precisos a distancia, llegando hasta la cifra de 35 por dí­a. Tambiíén identifica la causa de la enfermedad: si se debe a ingerir alimentos en mal estado, a un escape de gas de una estufa o incluso a accidentes que ocurrieron a los antepasados del enfermo. "Desciendo y entro en una especie de archivo de donde tomo los datos que necesito", dice. Ferda está. Convencido de que este "campo de información" contiene un registro completo de los acontecimientos, ideas y pensamientos pasados.

Mientras adquiere estos conocimientos, sus sentidos no perciben absolutamente nada, excepto el sonido. A diferencia de Davis, Cayce y Croiset, Ferda no ve. A íél le parece que su información, tan precisa, acerca de las diversas partes del cuerpo del paciente se la comunican al oí­do. La mención de este "archivo" hace pensar en los "registros akásicos", que se cree contienen una reseña completa de la historia del Universo y que se hacen visibles a mediums en trance. El psicólogo doctor Zdeñek Rejdák ha afirmado que la existencia de tan amplio campo de información es una "realidad objetiva".

Actualmente parece innegable que algunas personas son capaces de recoger información a travíés del espacio y del tiempo, a pesar de que el medio por el que estos datos son almacenados y transmitidos sigue siendo un completo misterio. El doctor Rejdák pretende que ya es posible "recrear" acontecimientos pasados contactando el campo de información.



-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



 Todo cuanto decimos y hacemos queda grabado en el tiempo y el espacio. Los Japoneses están intentando desarrollar un aparato que va a ser capaz de escuchar connversaciones hechas hace miles de años, pero aún tardará tiempo.
 Por lo que yo síé existen unos 35 diferentes tipos de mediums, unos con cualidades para unas cosas y otros otras; esas cualidades son natas y se pueden desarrollar y progesar haciendo trabajos e iniciaciones para acentuar y perfecionar los instintos, el conocimiento y la sabiduria. Así­ como hay VIDENTES, pues tambiíén hay OYENTES, mediums que en vez de ver, escuchan, les dicen al oido todo cuanto tu quieras saber.............

     Saludos.......


Scientia

  • Administrador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 37.976
  • Karma: +0/-1
  • Sexo: Femenino
Re: Mundos dentro de otros mundos
« Respuesta #3 en: Septiembre 09, 2008, 10:42:13 pm »
El 11 de deciembre de 1847 llega de la familia Fox a una pequeña granja de Hydesville (USA). La familia Fox era un matrimonio con seis hijos, entre ellos las hermanas Katherine, Margaret e Leah. Algunos meses despues de su llegada, empezarón los fenómenos mediúmnicos que llamaron la atención de sus vecinos, luego de los periódicos y finalmente de diversos estudiosos. La comprobación de los fenómenos y su ampla divulgación dan inicio al "Moderno Espiritualismo".

    A partir de la primera comunicación efectiva - que ocurrió en 31 de marzo de 1848, cuando la niña Katherine (11 años) tuvo la idea de comunicarse con el espí­ritu pelos sonidos provocados por el - los fenómenos se van estendiendo. Nuevos mediuns surgen y las noticias llegan hasta Europa y otros continentes. En esa epoca de las "mesas giratorias" y de las manifestaciones de fenómenos más potentes, se destacaran grandes míédiuns.

Daniel-Dunglas Home

    Nacido en edimburgo el 20 de Marzo de 1833, desde su más temprana edad fue objeto al parecer de manifestaciones extraordinarias. Por eso, fue tambiíén objeto de estudio y de investigaciones por parte de míédicos y profesores de la celebre Universidad Libre de Harvard, en Cambridge. Desde entonces su nombre fue conocido en el mundo entero. El míédium fue requerido en Francia, Inglaterra y Russia.

    Em todos los lugares se manifestaron los mismos prodigios; a plena luz y en medio de los asistentes, se produjeron en su presencia, los fenómenos más asombrosos de la metapsí­quica: movimientos sin contactos, aparición de manos y de fantasmas, levitaciones, las eminencias cientificas y literarias disputaron el privilegio de estudiarlo.

    El Zar Nicolas I y Napoleón III lo recibieron en sus respectivas cortes, y asistieron a sus experiencias. La princesa Pauline de Metternich, nieta del famoso canciller de Austria, escribió en sus memórias sobre las sesiones de ocultismo en las Tullerias.

Eusapia Paladino

    Otro gran míédium a destacar fue Eusapia Paladino, sujeto extraordinario para los efectos fí­sicos. Nació en 1854, en la pubertad, a los 13 o 14 años, los objetos comenzaron a desplazarse a su alrededor. Se hizo cargo de su educación mediúmnica un autor espiritista llamado Damiani.

    En el curso de los experimentos, John King, personalidade psí­quica, apareció y se apoderó de Eusapia caundo se hallaba en trance. John King dijo que era un ex corsario inglíés y padre de la míédium en una existencia anterior. Eusapia fue estudiada en Paris en el 1894-95-96-97 por el Professor Charles Richet; el Doctor Segard, míédico jefe de la Armada; el Coronel de Rochas, administrador de la "Ecole Polytechnique"; el Conde Gramont, doctor en ciencias; el Doctor Maxwell, fiscal general de la República; Camile Flammarion, etc ...

    Los años 1901 y 1902 fueron uno de los periodos más importantes de la vida mediúmnica de Eusapia. En las sesiones que se celebraron en el "Circulo Minerva" de Gíénova, compuesto por eminentes sabios, Eusapia produjo una serie de formas materializadas.

    Bien claro se ve el fenómeno, así­ como las eminencias que en aquel tiempo lo investigaban y confirmaban.

Florence Cook

    Se puede seguir destacando míédiuns importantes com es Florence Cook, que en 1873, durante una sesión, perdió el conocimiento, en ese mismo momento se materializaba junto a ella y a la vista de todos los presentes, otra joven vestida de blanco. La aparición dijo llamarse Katie King y ser hija de un pirata del siglo XVII. Durante tres años el espí­ritu Katie King se materializó, hablo con los presentes y les relató hechos de su vida pasada. Caminaba y se alejaba de la medium, se hacia observar las pulsaciones, cortar los mechones de cabello, para la investigación a la que era sometida.