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Una resolución que prohíbe a funcionarios del Gobierno y el Partido Comunista de China fumar en lugares públicos fue considerada hoy poco eficaz, ya que la práctica es invitar a fumar a los visitantes y negarse es considerado una descortesía.
El documento circulado por autoridades gubernamentales el domingo establece que los funcionarios estatales y del partido no deben fumar en escuelas, hospitales, centros deportivos, museos, transporte público y actividades oficiales, como reuniones y cenas de trabajo.
El tema es espinoso cuando en China, de acuerdo con las estadísticas oficiales, el 61 por ciento de los funcionarios públicos fuma y más de la mitad de ellos admitió que nunca ha tratado de abandonar el hábito.
El asunto ha provocado un debate del cual se hace eco el diario China Daily, que entrevistó algunos empleados públicos que dijeron que cuando se visitan aldeas por razones de trabajo, los dirigentes de esas zonas y sus habitantes ofrecen como cortesía cigarrillos y negarse sería incorrecto.
Un funcionario consultado al amparo del anonimato dijo que al igual que beber, "si uno no fuma cuando el resto lo hace el trabajo se hace más difícil porque la aceptación es difícil por los otros cuando uno no se comporta igual y al final se halla uno en el ostracismo".
Al respecto, el periódico Beijing Times cita a un funcionario de Hunan quien expresó que cuando altos oficiales en una conferencia comienzan a fumar el resto lo sigue.
Sobre esta actitud, el profesor Xie Chuntao, de la Escuela del Comitíé Central del Partido Comunista de China, declaró a la agencia Xinhua que aunque fumar podría parecer un asunto privado puede tener efectos inesperados cuando se hace en público.
Otros dijeron que la circular oficial podría ayudar a reducir la tasa de fumadores entre los dirigentes y cambiar las tradiciones de fumar en este país asiático e incluso una funcionaria opinó que fumar podría vincularse con corrupción porque los cigarrillos provienen de regalos.
China, donde el 63,3 por ciento de los adultos es adicto al tabaco de acuerdo con una encuesta el pasado año de la Organización Mundial de la Salud, carece de una legislación que prohíba fumar en lugares públicos.