Reuters
París.- Las próximas semanas dirán si Franí§ois Hollande puede recoger los pedazos de su presidencia propensa a sufrir accidentes y comenzar a sacar a la economía francesa del declive. Y podría ser su última oportunidad para hacerlo.
El año nuevo difícilmente podría haber comenzado peor para el mandatario galo, que no pudo cumplir con una promesa al país de detener el alza del desempleo para fines del 2013 y que ahora enfrenta acusaciones en los medios de tener una aventura amorosa secreta.
Fotografías publicadas el viernes en una revista y que supuestamente muestran una vista nocturna de Hollande a una amante podrían robarse la atención el martes cuando enfrente a los medios en la tradicional conferencia de prensa de comienzos de año.
El despacho de Hollande se quejó de una violación a la privacidad, pero no emitió una negación. La saga cobró un nuevo giro el domingo cuando se supo que su compañera oficial, la ex periodista Valíérie Trierweiler, de 48 años, había sido hospitalizada horas despuíés de que la revista llegó a los quioscos.
Su portavoz dijo que ella necesitaba de un "descanso".
Sin embargo, como los sondeos de opinión muestran que la mayoría de los franceses son indiferentes respecto a su vida privada, la verdadera pregunta es si usará el evento de medios para mostrar que está listo para enfrentar el doble problema de la economía francesa: elevar impuestos y el gasto público.
"Como es a menudo el caso, hay buenas intenciones. Pero juzgaremos las obras", comentó el analista Bruno Cavalier, de Oddo Securities, con sede en París.
Hollande, que durante su campaña electoral del 2012 calificó al mundo de las finanzas como su enemigo, provocó especulaciones de un cambio de rumbo con un discurso de Año Nuevo a la nación en que ofreció a líderes empresariales un "pacto de responsabilidad", en que rebajaría impuestos y burocracia a cambio de compromisos para contratar a más personal.
El socialista tambiíén declaró que era hora de acabar con los abusos al generoso sistema previsional francíés y reducir el gasto público para crear espacio para bajar los impuestos, tras una serie de alzas.
Futuro difícil
El gasto público francíés es cercano a un 57 por ciento de su producto interno bruto (PIB), unos 12 puntos más que el de Alemania y un peso que la economía no puede aguantar.
La deuda francesa de un 93,4 por ciento del PIB ahora está "en la zona de peligro", advirtió la semana pasada la contraloría del país.
Aunque fueron significativos primeros pasos, las reformas de pensiones y laborales implementadas el año pasado no han roto la tendencia. Se prevíé que Francia crecerá sólo un 1 por ciento en el 2014, lo que dificultará la creación de empleos en el sector privado.
El presupuesto francíés para este año contempla recortes de gastos públicos de 15.000 millones de euros, o un 0,7 por ciento del PIB. Sin embargo, el Gobierno aún no ha explicado cómo se logrará la mayor parte de eso antes de pasar a examinar otros posibles recortes.
Hollande siempre dijo que su estrategia era reformar en la primera mitad de su mandato de cinco años y cosechar los beneficios en la segunda mitad. Pero se acaba el tiempo si quiere establecer un marcador para más acciones este año.
En marzo habrá elecciones locales para decidir alcaldías en grandes ciudades francesas, seguidas por comicios en el Parlamento Europeo en mayo, donde se estima que le irá bien a la extrema derecha.
Cualquier cambio de política debe estar bien asentado antes de eso.
Hollande podría concluir que no tiene nada que perder al arriesgarse un poco. Un sondeo de la encuestadora Ifop publicado en el diario Journal du Dimanche este fin de semana mostró que las acusaciones de tener una aventura amorosa secreta tuvieron poco impacto en su índice de aprobación.
Dado que Hollande cuenta actualmente con un respaldo de poco más de un 20 por ciento, el subdirector de Ifop, Fríédíéric Dabi, dijo: "El ya es tan impopular, que (la supuesta aventura amorosa) no ha cambiado nada".