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Autor Tema: Casi 800 empresas chinas están a punto de pedirle sus ahorros  (Leído 184 veces)

Eguzki

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Es muy probable que antes de que acabe este mes, Pekí­n abra definitivamente las compuertas que han dejado atrapadas a docenas de compañí­as que necesitan vender acciones para continuar ampliando su negocios. Desde octubre de 2012 hasta ahora, las OPV han permanecido prácticamente prohibidas para las firmas del gigante asiático con algunas excepciones en Hong Kong o Nueva York. ¿La consecuencia? En 2010, China continental, Hong Kong y Taiwán tení­an en su conjunto el mayor mercado de OPVs del mundo (casi 133.000 millones de dólares) y en 2012 el desplome lo arrojó contra un suelo de 29.400 millones según los cálculos de la consultora PwC. Las autoridades comunistas levantan la mano justo cuando lleva algo más de un año confirmándose que a los inversores el cuerpo les pide cada vez más riesgo. Activos como los bonos del tesoro americanos o alemanes, el equivalente moderno de guardar el dinero bajo el colchón, cada vez pesan menos en sus carteras. España no es una excepción: el Ibex 35 se revalorizó un 21,4% el año pasado. El renovado apetito de los ahorradores españoles se va a encontrar en pocas semanas con más oportunidades que nunca para poner su dinero en la segunda economí­a mundial. Y esto va a ocurrir principalmente por tres motivos. El primero es el efecto combinado entre el número y diversidad de empresas que van a salir a Bolsa (unas 760) y la multiplicación desde 2011 de la cuota de inversión extranjera en moneda local que permiten las autoridades comunistas en las plazas de Shanghái y Shenzhíén (pasó de 10.000 a casi 50.000 millones de euros). El segundo es la relajación de las restricciones para aquellos que cuentan con los permisos necesarios para invertir. Antes los fondos foráneos tení­an que operar dentro de unos lí­mites muy marcados por el regulador y que en ocasiones iban en perjuicio de sus clientes. En enero, Ashmore se convirtió en el primer grupo no chino y de fuera de Hong Kong que ha conseguido un acceso prácticamente libre para comprar y vender dentro por supuesto de la cuota oficial. Tiene dónde elegir en un mercado de acciones de 3,4 billones de dólares y uno de bonos de 4,7 billones.

Comprar aquí­ Y el tercero es que se ha simplificado considerablemente el proceso para que una empresa del gigante asiático cotice en una Bolsa extranjera, lo que significa que los ahorradores contarán con muchas más opciones para invertir su dinero en una compañí­a china sin operar en una Bolsa china, cuyos estándares no son en absoluto idíénticos a los de la española o estadounidense. Esto ha ocurrido gracias las nuevas reglas que aprobó el regulador en diciembre y a la acelerada conversión de los estrambóticos tí­tulos B (de empresas locales cotizadas en Shenzhíén y Shanghái y en los que sólo podí­an participar extranjeros) en tí­tulos H (los que se negocian en Hong Kong y de acuerdo a unas normas muy parecidas a las de Londres o Madrid). Es relativamente sencillo, además, adquirir un activo ADR que represente a un tí­tulo H, pero que cotice en Estados Unidos, lo que significa que podremos apostar por la empresa china pero ahorrándonos el coste de la conversión de moneda (de dólares hongkoneses a dólares americanos) y el cargo adicional de las operaciones transfronterizas. Por supuesto, ninguno de estos motivos implica que ganar dinero con las OPVs chinas sea sencillo. Existen, para empezar, grandes fallas en las auditorí­as de sus cuentas (hasta 50 empresas han tenido que dejar de cotizar en Estados Unidos por esta razón), la seguridad jurí­dica sigue siendo una clara asignatura pendiente para la segunda economí­a mundial, y a veces los cargos directivos los ocupan unos polí­ticos que no siempre dan prioridad a la rentabilidad y los beneficios frente a otras consideraciones. Por si esto fuera poco, algunas empresas saldrán al mercado para financiar una deuda que las asfixia y que podrí­a tornarse insostenible a medio plazo. La deuda del sector no financiero podrí­a alcanzar el 140% del PIB el año que viene según Haitong Securities, algo que agravarí­a la situación de las que ya son las corporaciones más endeudadas de las diez mayores economí­as del planeta .