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Autor Tema: Radiestesia - El arte de las Varitas Mágicas  (Leído 991 veces)

Scientia

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Radiestesia - El arte de las Varitas Mágicas
« en: Enero 15, 2014, 09:04:35 pm »
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Aunque al principio se le utilizaba con el fin de encontrar agua subterránea y tesoros, el uso de la radiestesia se ha extendido a tal grado que  actualmente cae en la franca supercherí­a; por ejemplo, hay personas que incluso la utilizan para determinar si el automóvil que piensan adquirir tiene algún defecto o si el alimento que van a consumir les producirá malestares estomacales.Nadie sabe con certeza cuando empezó a practicar su arte el primer zahorí­, nombre que recibe quien por medios aun no explicados puede localizar, con la sola ayuda de una varita, agua subterránea, minerales, petróleo, tesoros e incluso personas extraviadas.La radiesa o rabdomancia –del griego rabdos, varilla, y manteia, adivinación- no solo no tiene correlación con ningún principio fí­sico, sino que sus mismos practicantes acogen con indiferencia las teorí­as que intentan explicar su habilidad.El míétodo común que sigue el radiestesista consiste en caminar despacio por el terreno que dispone a inspeccionar, sosteniendo frente a sí­ una horqueta, llamada baqueta, una par de varillas o un píéndulo. Tradicionalmente, la baqueta es de avellano, pero los zahorí­es modernos utilizan incluso ganchos de metal para la ropa. Mientras camina, el radiestesista debe concentrarse para visualizar la naturaleza concreta y la profundidad a la que se halla lo que busca. Mejor todaví­a, debe decirlo en voz alta.Cuando encuentra el sitio, la horqueta se inclina de repente hacia abajo, los palillos se cruzan o divergen, o el píéndulo empieza a balancearse de modo irregular.Un caso interesante tuvo lugar en 1692, cuando la policí­a francesa solicitó al famoso zahorí­ Aymar que le ayudase a resolver el espantoso asesinato que tuvo lugar en la ciudad de Lyon. Aymar condujo a los investigadores a otra ciudad lejana y ahí­ identifico a uno de los criminales.Otro ejemplo notable es el de John Mullins, zahorí­ irlandíés que en 1889 fue contratado por el propietario de la fabrica Waterford Bacon para localizar agua subterránea en sus terrenos. Con igual encomienda, varios geólogos habí­an fracasado tras realizar numerosas perforaciones de hasta 300m. En cambio Mullins anduvo de acá para allá, sosteniendo frente a si una ramita ahorquillada. Y en un lugar situado a pocos metros de una de las perforaciones, la rama se torció con violencia hasta romperse. “Aquí­â€, dijo Mullins a los presentes, y a no más de 25 o 30 m habí­a agua. El propietario de la fabrica quedo asombrado.Existe por lo menos una variante de la habilidad de los zahorí­es que solo es posible explicar hablando de percepción extrasensorial: la teleradiestesia, procedimiento que permite la detección a distancia de yacimientos minerales, mantos acuí­feros o personas ¡sosteniendo un píéndulo sobre un mapa o plano de la zona que se desea explorar!En octubre de 1947, el celebre radiestesista Henry Gross llevo a cabo una de sus más aclamadas hazañas durante una velada con amigos realizada en Maine, E.U.. la conversación recayó sobre Bermuda, isla perteneciente a la colonia británica de las islas Bermudas, en el Atlántico. Alguien dijo que los geólogos habí­an llegado a la conclusión de que en esa isla no habí­a agua dulce. Gross pidió un mapa de Bermuda, lo desplegó, y tras unos cuantos pases con una varilla, indico cuatro sitios donde podí­a encontrarse el liquido. A los pocos meses, durante un periodo de gran sequí­a, se descubrió agua dulce en tres de los cuatro lugares que Gross habí­a señalado.   La Autentica Varita Mágica (Ciencia)  La rabdomancia parece haber sido practicada desde tiempos inmemoriales en las diversas civilizaciones del mundo. Una pintura en una cueva situada en el desierto del Sahara, que se remonta al año 6000 a.C., muestra una silueta que sostiene lo que parece ser una varilla de zahorí­. Las literaturas griegas y latina se refieren con frecuencia a la rabdomancia, pero queda la duda de si esta se practicaba de modo similar al actual. De hecho, durante la edad media surgieron los primeros testimonios escritos y gráficos sobre este míétodo adivinatorio. Así­, durante el siglo XV en Alemania habí­a gente que utilizaba la varita para localizar minerales en Harz, macizo montañoso entre los rí­os Elba y Weser, practica que fue condenada por Martí­n Lutero, promotor de la reforma protestante de la Iglesia. Por su parte, Georg Agricola tambiíén se refiere a esta practica en De RA Metallica, tratado de metalurgia y minerí­a publicado en 1556.Los estudiosos no han encontrado ninguna explicación cientí­fica aceptable sobre la eficacia de los zahorí­es. Lo único que la ciencia se atreve a postular es que el píéndulo, las ramas y las varillas funcionan como una especie de amplificador de lo que percibe el cuerpo o conoce el inconsciente, no solo del zahorí­, sino de cualquier persona. De hecho, para el radiestesista experto no es necesaria una varilla especial, pues casi cualquier objeto que tenga caracterí­sticas adecuadas puede funcionar como baqueta.La radiestesia no encaja en la idea de que todo tipo de adivinación es engaño puro, destinado a vaciar el bolsillo de la gente críédula. Precisamente el hecho de que no exista ninguna ley fí­sica concreta que explique satisfactoriamente los sorprendentes aciertos de la radiestesia, debe recordar a los cientí­fico del siglo XXI que aun nos encontramos lejos de la total comprensión de lo que nos rodea.

Píéndulo - Radiestesia
¿Como hacer varitas magicas?

Una varita mágica mide aproximadamente 30 cm (o la distancia entre el codo y el dedo í­ndice del mago) que según la creencia tiene poderes mágicos y era utilizada por Magos y hechiceros; Podí­an estar elaboradas de diversos materiales, las más comunes eran de madera o ramas de árboles pero tambiíén era posible encontrarlas de oro o plata y algunas de ellas, dependiendo del mago, tení­an en un extremo un cristal o piedra preciosa.
 
Las Varitas Mágicas pueden ser de cualquiera de los cuatro elementos fuego, aire, agua y tierra, representa la voluntad de sus dueños que las utilizan generalmente para dirigir la energí­a en actividades relacionadas con la Teurgia (Alta Mágia)
 
Buscad en los bosques un árbol cuyo elemento sea preferente para el adepto, puede ser Pino (Fuego) árbol de avellanas (sí­mbolo de sabidurí­a y conocimiento secreto) Sauce, Eucalipto (Agua) etc. Durante la fecha de San Juan a las doce de la noche escuchad aquel árbol que silbe y pidiendo permiso en el nombre del Cristo, por el poder del Cristo y por la majestad del Cristo para poder sacar una rama y que le sirva para el despertar de la consciencia o tambien se puede realizar el primer miíércoles de luna llena (Leer el ritual que se debe realizar para poder sacar la varita). Una vez que los magos antiguos encontraban la vara que los acompañarí­a durante toda su vida, pedí­an al árbol les diera permiso de que les regalara una extensión de su sabidurí­a, cortaban la rama con un cristal de cuarzo y grababan en ella sí­mbolos, su nombre mágico; para que se conservara, era común bañarla en aceites esenciales.
 
Para sacar la rama mágica: Al encontrar el árbol del cual van a sacar la varita, primeramente hacer una oracion pidiendo consciencia, luego hacer la siguiente suplica: En el nombre del Cristo, por el poder del Cristo y por la majestad del Cristo, Padre mí­o tu que eres mi real y verdadero ser, te pido con todo mi corazon, que le ordenes a mi intercesor elemental que por favor le pida permiso al elemental de (aqui el nombre del árbol) para poder sacar una de sus ramas, la cual me sirva para el despertar de la consciencia (todo esto se repite tres veces) despues el devoto sacara con mucho respeto y cuidado la rama que a elegido.

Los viejos Druidas construí­an sus varitas mágicas con madera de Fresno. Y en otras zonas de la Pení­nsula, a la madera del Fresno se la atribuyeron poderes mágicos, tales como ahuyentar a los demonios o propiciar la buena suerte. Hay numerosas supersticiones que tienen al Fresno por protagonista. Entre las más curiosas están aquellas que convierten al Fresno en un excelente exorcista para ahuyentar demonios y brujas. "Se creí­a que al anochecer salí­an las brujas para hacer sortilegios contra el ganado y robar la leche de las vacas. Para contrarrestar sus actos, colocaban sobre las puertas de los establos ramas de Fresno y Madreselvas, pero especialmente del Fresno".


Aporta protección y seguridad a personas intranquilas, con sentimientos de rencor, falta de apertura emocional, miedo a relajarse y sentir allegrí­a o carencia de amor por uno mismo y hacia los demás. Ayuda a personas con sentimientos de indefensión, bloqueadas fí­sica y psiquicamente, con vejez prematura y anulación personal. Con su energí­a purificaremos cuerpo y mente, logrando una visión más vital, consciente y espiritual de la vida. Se decí­a que, "el Fresno era un excelente remedio contra el veneno de las serpientes, y tanto, que en todo lo que ocupaba su sombra, jamás se veí­a animal venenoso"; de esta vieja creencia deriva la antigua superstición de trazar un cí­rculo con hojas de Fresno para inmovilizar a las temidas ví­boras.