Por... ANDREA RODRIGUEZ
Las autoridades cubanas ampliaron la posibilidad para que productores eficientes tengan parcelas en usufructo, un proceso por el cual ya se entregaron en cinco años más de 1,5 millón de hectáreas de tierras ociosas.
Las personas naturales que sean propietarias de tierras o campesinos cooperativistas podrán tener hasta 67 hectáreas, una cifra que hasta el año pasado sólo conseguían los campesinos vinculados a granjas o entidades estatales, indicó una normativa publicada el viernes en la Gaceta Oficial y comentada por el oficial periódico Granma.
"Los cambios que hoy se ponen en vigor no son casuales", manifestó Granma. Las modificaciones buscan "una mejor explotación" de las tierras.
El paso, aunque pequeño, se suma a varios tomados a lo largo de cinco años en materia de reordenameniento agrícola luego de que el gobierno anunció en 2008 que entregaría tierras ociosas a productores privados en medio de una seria crisis que obligaba a comprar en el extranjero alimentos por unos 1.500 millones de dólares anuales.
En aquel primer momento la entrega de tierras era de entre 13 y 40 hectáreas y posteriormente se podía pasar a los 67 pero bajo condiciones estrictas y los campesinos no podían construir en ellas sus viviendas. Posteriormente se fueron flexibilizando los requisitos.
A lo largo de estos cinco años tambiíén se produjo el retiro de tierras a personas que las tomaron en usufructo -la propiedad sigue siendo estatal- y no las hicieron producir eficientemente.
Cifras oficiales estiman que Cuba cuenta con una superficie agrícola de 6,3 millones de hectáreas y de ellas un millón todavía están ociosas o parcialmente utilizadas.
La medida se suma a un conjunto de reformas aplicadas por el presidente Raúl Castro, quien en 2010 arrancó un programa para impulsar la economía de la isla sometida a presiones financieras y baja productividad.
Castro permitió por ejemplo el mercado de bienes raíces y vehículos, hizo una reforma migratoria y amplió la iniciativa privada, impuso una nueva ley de impuestos con fuertes tributos a los particulares y amplió el críédito, entre otras.