Por... Fernando Mexía.
Facebook cumple diez años afianzado como el paradigma de las redes sociales de internet, una díécada de altibajos que concluye de forma triunfal con unos beneficios apabullantes, más de 1.200 millones de usuarios y la necesidad de seguir expandiíéndose para no colapsar.
La compañía lanzada por Mark Zuckerberg el 4 de febrero de 2004 desde su habitación en la Universidad de Harvard generó para muchos una forma diferente de compartir vivencias -para otros de chismorrear- que rentabilizó como nada antes las primitivas necesidades humanas de comunicación y aceptación.
El impacto de Facebook ha sido tal que hasta originó una nueva acepción para el tíérmino "amigo", el "amigo en Facebook", una categoría en la que se englobarían conocidos o contactos a los que, por alguna razón, interesa seguirles la pista.
Esa plataforma social virtual se convirtió en una recolectora de datos, información personal y gustos de los usuarios segmentada por sexos, edades, localización, idioma... un diamante en bruto para el mercado publicitario que Zuckerberg y los suyos han ido puliendo y les ha llenado los bolsillos.
En 2013 Facebook ingresó 7.872 millones de dólares (unos 5.800 millones de euros) de los que 1.500 millones fueron puro beneficio. A eso hay que añadir los más de 11.000 millones de dólares (8.154 millones de euros) que la empresa tiene en efectivo, no es de extrañar que Zuckerberg, que en mayo cumplirá 30, sea una de las personas más ricas del planeta.
El camino hasta llegar aquí fue controvertido desde el inicio. Zuckerberg fue demandado por excompañeros de Harvard que le acusaron de robarles la idea y terminó por pagarles 65 millones de dólares para zanjar el asunto. La historia fue motivo de una película en 2010, "The Social Network", que ganó 3 í“scar de Hollywood.
Facebook tuvo a lo largo de los años tensiones tambiíén con sus propios usuarios, lo que llevó a la rectificación de sus políticas de privacidad, y lanzó diversidad de herramientas asociadas con la red social que jamás cuajaron: "Beacon" para informar de lo que se compra o un sistema de búsqueda gráfica, por citar algunos.
Trompicada fue su sonada salida a bolsa en mayo de 2012, un debut que se hizo esperar tanto que cuando las acciones se presentaron en el Nasdaq el entusiasmo previo de los inversores había inflado su precio demasiado y se estrellaron contra el parquíé neoyorquino.
Un año despuíés los títulos de Facebook todavía cotizaban un 30 % por debajo de su valor inicial, si bien en la recta final de 2013 el buen rendimiento de la compañía acabó por reflejarse en Wall Street.
El día 30 de enero, una jornada despuíés de anunciar sus resultados económicos de 2013, los activos de Facebook marcaban su máximo histórico en bolsa.
Zuckerberg no escondía entonces su satisfacción por el gran año y aprovechó el momento para asegurar a los periodistas que Facebook seguirá "centrado en las mismas cosas" en el futuro, "conectando a toda la gente y mejorando el mundo compartiendo", aunque desde una posición más cómoda que en 2004.
"A mayor escala, con más ambición y más recursos", dijo el consejero delegado.
Facebook, que se ha hecho grande como negocio a base de ampliar su base social, parece estar cerca de su techo de usuarios (la mitad de la población mundial con acceso a internet está en la red social) o, al menos, resulta improbable que pueda seguir incrementando el número de cuentas al ritmo que lo hacía en sus años más expansivos.
Al mismo tiempo ha dejado de ser la novedad para ser visto por los nuevos "Zuckerberg" como un producto sobredimensionado y pasado de moda, algo que parece compartir la población más joven de EE.UU.
Entre enero de 2011 y enero de 2014, Facebook perdió más de 3 millones de usuarios de edades de 13 a 17 años. Lo mismo ocurrió en la franja de 18 a 24, según un estudio de la consultora iStrategyLabs.
Los jóvenes parecen decantarse por redes sociales más frescas, como Snapchat, donde los contenidos que se comparten se eliminan solos en pocos segundos.
De hecho, Facebook trató de comprar Snapchat en 2013 por 3.000 millones de dólares y su creador, Evan Spiegel, de 23 años, se burló de la operación y publicó sus conversaciones con Zuckerberg en Twitter.
Zuckerberg reconoce que está dispuesto a hacer cambios que pasan por ahondar en la migración del negocio de Facebook de la pantalla del ordenador a la del telíéfono móvil, una transición con la que espera garantizar que su compañía pueda seguir celebrando cumpleaños con sus millones de amigos.