Por... DANICA COTO
La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's rebajó el martes la deuda de Puerto Rico a la categoría de bono basura, una decisión que frustró a los funcionarios de la isla que dijeron haber tomado las dolorosas medidas para reducir el gasto del gobierno e impulsar los ingresos en medio de una recesión que ya cumple ocho años.
El gobernador Alejandro García Padilla dijo que no fue una sorpresa que S&P degradara su nota un escalón a "BB+", un nivel por debajo del grado de inversión, pero calificó la medida como injusta e innecesaria.
"Cada vez que hicimos algo que ellos pidieron, corrieron la línea", dijo. "Hemos atendido cada asunto que ellos han puesto sobre la mesa".
El anuncio se produce en momentos en que el Estado Libre Asociado a Estados Unidos se prepara para volver al mercado de bonos este mes, y S&P dijo que la rebaja habría sido más grave sin las reducciones a los díéficits presupuestarios del gobierno de la isla y la reforma de sus resquebrajados sistemas públicos de pensiones.
Eduardo Bhatia, presidente del Senado de Puerto Rico, expresó enojo contra S&P y cuestionó cómo una agencia calificadora que, según dijo, apoyó una medida del anterior gobierno de Puerto Rico para pedir prestados 16.000 millones dólares, ahora decidió rebajar la nota crediticia de la isla.
"Hoy se vira y nos da una puñalada por la espalda", dijo. "Durante el último año atendimos sus reclamos y nuestro pueblo ha hecho grandes sacrificios para mejorar la situación fiscal y poder cumplir con toda esa deuda que ellos endosaron".
Los economistas dicen que años de díéficit bajo administraciones puertorriqueñas anteriores acumularon la mayor parte de los 70.000 millones de dólares de deuda del gobierno.
El anuncio de S&P preocupó a muchos en Puerto Rico, que ya cumple su octavo año en recesión y batalla con una deuda pública de 70.000 millones de dólares y una tasa de desempleo de 15,4%, superior a cualquier demarcación de Estados Unidos.
García y otros altos funcionarios trataron de asegurarle a los puertorriqueños y a los tenedores de bonos que seguirán reduciendo la deuda y presentarán un presupuesto libre de díéficit el próximo año fiscal.
"Díécadas de irresponsabilidad fiscal no se revierten en 12 meses", dijo García. "Aunque la verdad es que hicimos todo lo posible. Mi administración no será responsable de la degradación, pero como gobernador me hago responsable de sacar al país de ella".
Aseguró a los puertorriqueños que el gobierno operará como de costumbre y que presentará el miíércoles una legislación para reducir aún más el díéficit este año.
Los bonos de Puerto Rico son populares entre los inversionistas de Estados Unidos, ya que están exentos de impuestos federales, estatales y locales. Sin embargo, los inversionistas están cada vez más preocupados por su capacidad para pagar su deuda.
La secretaria del Tesoro Melba Acosta dijo que el gobierno está decepcionado por la decisión de S&P, pero enfatizó que la isla tiene toda la liquidez a la mano necesaria para lidiar con las consecuencias.
David Chafey, presidente del Banco Gubernamental de Fomento de Puerto Rico, dijo que el gobierno tiene recursos suficientes para pagar 575 millones de dólares de la deuda con vencimiento en 90 días, y 375 millones de dólares adicionales en seis meses.
