INVESTIGACIí“N JUDICIAL DE UNA EMPRESA
La policía imputa a 16 exgestores de La Seda por descapitalizar el grupoLos investigadores no encuentran indicios de enriquecimiento, pero sí de delito societario
La unidad de delitos económicos envía a la fiscalía un informe que implica al expresidente Rafael Español
Miíércoles, 21 de julio del 2010 ANTONIO BAQUERO / J. G. ALBALAT .......EL PERIODICO...............
Ventas inverosímiles de productos que no llegaron a salir de fábrica, pagos por proyectos que nunca se llevaron a cabo, prestamos a terceros para la compra de acciones propias.Esas son algunas de las sospechosas decisiones empresariales que han encontrado los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía que, a petición de la Fiscalía de Barcelona, han diseccionado la gestión entre el 2006 y el 2008 de La Seda, la histórica compañía química catalana convertida en multinacional.
Los agentes, pertenecientes a la Unidad de Delincuencia Económica y a la fiscalía, han elaborado un informe en el que sostienen que existen indicios de que al menos 16 responsables y exgestores de La Seda podrían haber incurrido en un presunto delito societario, según han explicado a este diario fuentes jurídicas que han tenido acceso al documento. El informe ha sido trasladado al servicio de delitos económicos de la Fiscalía de Barcelona que es quien decidirá si presenta o no una querella. La investigación se inició despuíés de que un grupo de pequeños accionistas denunciaran ante el fiscal a los antiguos gestores de la sociedad.
PERDER VALOR ACCIONARIAL / Según esas fuentes jurídicas, aunque se ha tomado declaración como imputados a 16 personas, la principal responsabilidad recae sobre tres de ellos: el expresidente de La Seda, Rafael Español; el exdirector financiero y el exdirector general corporativo. Según las evidencias halladas por los investigadores, estos tres ejecutivos orquestaron presuntamente «una descapitalización de la empresa con objeto de que perdiera valor accionarial y fuera más fácilmente adquirida por un grupo portuguíés, que no se especifica. Estos últimos años La Seda tuvo como accionista al grupo portuguíés Imatosgil. No obstante, según esas fuentes, la policía «no ha podido constatar enriquecimiento personal de ningún imputado».
Esta descapitalización de la compañía –ahora el fiscal debe establecer si fue intencionada o si se debió a un error de cálculo– se plasmó en, al menos, tres decisiones empresariales sospechosas. Además, por su calado, esas medidas debían haber pasado por el consejo de administración de la compañía y, sin embargo, fueron llevadas a cabo sin el aval de ese órgano directivo.
La primera de esas operaciones fue la concesión por parte de La Seda de un príéstamo participativo sin avales de 17 millones de euros a una empresa poco conocida para que llevara a cabo un estudio sobre prospecciones biodiesel en Brasil y su posible explotación. De forma sorprendente el proyecto acabó en manos de una sociedad del sector del biodiíésel: Provimola. Sin embargo, las pesquisas llevadas no han podido encontrar ni rastro del estudio ni de los 17 millones de euros con que debería haberse llevado a cabo.
La segunda operación sospechosa es la venta de «un descomunal estock de plástico» a dos empresas, una en Rusia y otra en Túnez, sin garantía de pagos. Nada acredita que esa mercancía hubiera salido jamás de los almacenes de La Seda. Y no era fácil que pasara desapercibida. De hecho, tan enorme era la cantidad de plástico que hubieran sido necesarios 2.500 tráilers para trasladarla. Según fuentes judiciales, los investigadores sospechan que esa venta puede ser un «artificio contable».
SIN Lí“GICA CONTABLE / La tercera actuación investigada ha sido el pagaríé de seis millones de euros que presuntamente La Seda entregó al grupo Imatosgil, propiedad de la familia Matos, para que comprara acciones de la empresa química. Esa operación financiera «carece de explicación lógica contable y no es razonable desde un punto de vista empresarial», según fuentes jurídicas. El objetivo podría ser «maquillar la contabilidad».
Precisamente, por dos de esas operaciones –la venta a Rusia y Túnez y el príéstamo participativo–, el actual consejo de administración de La Seda interpuso el pasado diciembre acciones de responsabilidad contra el expresidente Rafael Español. Ayer, este diario intentó sin íéxito contactar con Español para conocer su versión de los hechos.