El Banco Central Europeo (BCE) se opone a la propuesta de liquidación bancaria del Consejo Europeo, respaldada por los 28 gobiernos de la UE pero muy influenciada por las exigencias de Alemania. Su presidente, Mario Draghi, pidió ayer un acuerdo más ambicioso, que disponga de un cortafuegos público claro y acorte a cinco años el periodo para que la mutualización de riesgos entre los 28 sea completa.
Draghi aprovechó su comparecencia de ayer en Bruselas para criticar algunos de los puntos clave del acuerdo de los Gobiernos de la UE para crear un Mecanismo íšnico de Resolución, que debería permitir liquidar bancos problemáticos de la zona euro de una forma centralizada y con un fondo común. El acuerdo al que llegaron los ministros de Economía de la UE (ECOFIN) en diciembre contemplaba una Autoridad íšnica de Resolución (en la que el Consejo Europeo -los Gobiernos- tenía la última decisión) y un Fondo íšnico de Resolución (financiado por los bancos, con una mutualización progresiva de riesgos y con un soporte público dependiente de cada país) Draghi ha asegurado que el MUR es clave para romper el círculo vicioso entre deuda soberana y deuda bancaria, y ha subrayado que su "principal problema es la incertidumbre en torno a la financiación". Por ello, el presidente del BCE ha pedido un "cortafuegos público sólido" y ha esbozado algunas alternativas, como la posibilidad de que el Fondo de Resolución íšnico pueda endeudarse con avales de los Gobiernos de la zona euro, o que tuviera acceso a los recursos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Sobre la velocidad de la mutualización, Draghi ha asegurado que el Fondo debería estar completamente mutualizado en un periodo de cinco años, frente a los diez que contempla del acuerdo del ECOFIN. En el pacto alcanzado por los 28, los bancos desembolsan deben desembolsar 55.000 millones de euros en el fondo de resolución en un plazo de diez años, pero divididos en compartimentos nacionales. De este modo, cuando una entidad necesite recurrir al MUR, primero se vaciará la hucha de su país. Cada año que pasa, el uso prioritario de la hucha nacional es cada vez menor, hasta que en el año 11 desaparecen los compartimentos y la mutualización es completa. El ministro de Economía alemán, Wolfgang Schí¤uble, ya ha dicho que está dispuesto a acortar a cinco años el periodo de mutualización completa siempre y cuando los bancos dupliquen su ritmo de aportaciones. Pero Draghi aseguró que esa aceleración de la fase de transición no debería conllevar una "aceleración de los pagos de los bancos". En estos momentos, el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo se encuentran negociando el paquete legislativo que debería dar vida al MUR. El objetivo es cerrarlo en el pleno de la Eurocámara de abril, antes de las elecciones europeas del próximo mes de mayo. Sin embargo, las posturas están muy enfrentadas [VEA LOS OCHO PUNTOS DE DISCORDIA SOBRE EL MUR ENTRE EL PARLAMENTO EUROPEO Y EL CONSEJO SOBRE]. El desacuerdo de la Eurocámara afecta al "quíé" y al "cómo" acordados por el Ecofin. En cuanto al "cómo", el Parlamento Europeo discrepa de que sea necesario un Tratado Intergubernamental para crear el Fondo íšnico de Resolución, y prefiere que todo el paquete legislativo se haga mediante reglamentos. La diferencia no es baladí: en un Tratado Intergubernamental la Eurocámara no tiene ni voz ni voto. Para un reglamento sobre servicios financieros, sin el OK de los eurodiputados no se puede aprobar nada. Y sobre el "quíé", el Parlamento Europeo critica el proceso de transición de diez años hasta una mutualización completa del fondo (Las posturas más extremas aseguran que no debería existir tal fase). Además, tambiíén discrepa del complejo sistema de toma de decisiones acordado por el Ecofin, que, en su opinión, deja demasiado poder de influencia y, en la práctica, de veto a los Gobiernos.