La "Máquina de Dios", como se ha dado en llamar al Gran Colisionador de Hadrones (LHC), comenzará a funcionar hoy con la finalidad de desentrañar los enigmas del origen del Universo, es decir, cómo fue que se creó la materia y quíé pasó con la antimateria en el momento del Big Bang. Considerado el experimento científico más ambicioso de la historia, el LHC intentará identificar con total certeza los ladrillos fundamentales con que se construyeron las estrellas, los planetas y hasta los seres humanos.
En el proyecto participan 500 universidades de todo el mundo y alrededor de 6.000 físicos e ingenieros, entre los cuales hay ocho argentinos, cuatro egresados de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y otros cuatro de la UBA. En representación de la UNLP trabajan los físicos platenses María Teresa Dova, Martín Tripiana, Fernando Monticelli y Javier Anduaga.
La cita será cerca de Ginebra, bajo la frontera franco-suiza, en el Laboratorio para la Física de Partículas, del Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN). El proyecto, que costó 4.000 millones de euros, comenzó a gestarse hace 12 años cuando el CERN empezó a construir, a 100 metros bajo tierra, un anillo metálico de 27 kilómetros de circunferencia, en el que se instalaron cuatro detectores. En el núcleo, que fue enfriado a 271 grados bajo cero, se producirán grandes colisiones de protones -partículas de la familia de los hadrones- a unos 299.000 kilómetros por segundo, es decir, casi la velocidad de la luz.