Por... Ben Nelms / The Washington Post
Washington -- Casi quince años despuíés de que fuese escenario de una de las batallas mayores contra la globalización, la ciudad de Seattle será la primera de Estados Unidos que tenga cajeros automáticos para la moneda digital bitcoin.
La firma Robocoin, con sede en Las Vegas, ha anunciado que el mes próximo instalará sus primeras máquinas en Estados Unidos en esa ciudad del estado de Washington, en el noroeste del país.
Canadá fue el primer país que tuvo estas máquinas, en la ciudad de Vancouver, y la empresa Bitcoiniacs indicó que tiene planes para instalar otras en Londres y Singapur este mismo año.
Aunque el bitcoin se promueve como un avance rápido hacia la globalización que repudiaron quienes en noviembre de 1999 ocuparon las calles de Seattle en protesta contra la Organización Mundial de Comercio, la moneda digital comparte algunos ideales anarquistas de los manifestantes.
Bitcoin, lanzada en el 2009, emplea una tecnología de usuario a usuario y opera sin una autoridad o un banco central que la respalde. El manejo de las transacciones y la emisión de monedas se llevan a cabo de manera colectiva dentro de la red.
En tíérminos tecnológicos, el bitcoin es una “fuente abiertaâ€, su diseño es público, nadie posee o controla el sistema y todos en cualquier parte del mundo pueden participar.
En Seattle, los usuarios de la moneda digital podrán cambiar sus monedas por dinero en efectivo y tendrán la posibilidad de hacer depósitos en dinero en efectivo o adquirir más bitcoins.
El uso comercial de bitcoin es todavía insignificante comparado con el uso que le han dado los especuladores y que ha fomentado una gran volatilidad en la cotización.
El valor actual del bitcoin está en alrededor de $635 dólares por unidad, lo que supone una depreciación notable si se tiene en cuenta que se cotizaba a unos $1,000 en diciembre. La cotización cayó casi un 20 por ciento el 7 de febrero.
Tras ese tropezón, dos de los mercados cambiarios más conocidos que aceptan esa moneda congelaron los retiros.
Pero es una forma de pagos por productos y servicios que ha estado creciendo, ya que muchos comerciantes aceptan la moneda porque las tarifas por transacción son más bajas que las que cobran las agencias de tarjetas de críédito.