Por... Lourdes Píérez Navarro
El impacto de la escasez de agua dulce en los países de Oriente Próximo y el Norte de Africa centrará los debates en una reunión que celebrará la FAO del 24 al 28 de febrero.
Según los expertos, la disponibilidad de agua dulce en la región disminuirá en 50 por ciento para el año 2050, uno de los problemas más acuciantes para la seguridad alimentaria, de ahí el interíés de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) en tratar el tema que constituye un desafío.
Los ministros de Agricultura y altos responsables de los países del área participarán en la XXXII Conferencia Regional de la FAO para Oriente Próximo y Norte de Africa y analizarán una iniciativa sobre la escasez de agua a nivel regional puesta en marcha por el organismo internacional para apoyarlos en la tarea de identificar estrategias y buscar soluciones conjuntas.
En las última cuatro díécadas la disponibilidad per cápita de agua dulce en la región descendió en dos tercios, lo cual ha aumentado la preocupación por la degradación de la calidad del vital líquido y el impacto del cambio climático.
Por otra parte, las actividades agrícolas consumen más del 85 por ciento de los recursos hídricos y se espera que la demanda de productos agrícolas crezca en un contexto de incremento de la población urbana y de las exportaciones.
A juicio del subdirector general y representante regional de la FAO, Abdessalam Ould Ahmed, el área ha hecho avances significativos en dos díécadas en el desarrollo de su capacidad de uso y almacenamiento del agua.
Sin embargo, dijo, aún queda mucho trabajo por hacer para mejorar la eficiencia del agua en la agricultura, proteger la calidad del líquido y afrontar los retos relacionados con el cambio climático.
La conferencia, cuyo tema es Para una región resiliente y con seguridad alimentaria, es la primera de una serie de reuniones que se celebrarán en 2014 en cada una de las cinco regiones donde opera la FAO.
Se centrará tambiíén en el estado de la alimentación y la agricultura en la región y en cuestiones relacionadas con el tema, como el desperdicio de alimentos a lo largo de la cadena de producción hasta llegar al consumidor, avanzar en la igualdad de gíénero y otras estrategias para mejorar las perspectivas de desarrollo agrícola y rural.