En los albores de la recuperación económica, el operador de cable español Ono cree que es el momento adecuado para atraer a inversores internacionales en un debut bursátil que le ayudaría a reducir sus deudas, ha informado su consejera delegada, Rosalía Portela.
"El capital está regresando a España. Tras cinco años difíciles, las cosas están cambiando bastante rápido, lo que es muy buena noticia para nosotros", aseguró en una entrevista la primera ejecutiva de una compañía en cuyo accionariado figuran varios fondos.
Ono, con una losa de deuda de 3.300 millones de euros, está preparando su salto a la bolsa española, una operación que sus accionistas votarán en la junta prevista para mediados de marzo.
Sobre Vodafone
Que la salida a bolsa se produzca o no dependerá de si la británica Vodafone llega con una oferta atractiva para comprar Ono en el marco de su estrategia de expansión en redes de telefonía fija con mejor capacidad para ofrecer paquetes de servicios.
Vodafone ya ha tentado a algunos de los fondos accionistas de Ono con una oferta que podría superar los 7.000 millones de euros, y el operador de cable europeo Liberty Global tambiíén podría estar interesado en la española, según informaron diversas fuentes recientemente a Reuters.
Sin embargo, al ser preguntada sobre la opción de una venta, Portela indicó que no se ha debatido ninguna oferta de Vodafone en la última reunión del consejo de administración y que su centro de atención estaba ahora mismo en preparar la salida a bolsa del negocio.
Ono, que oferta servicios de telefonía fija y móvil, televisión e internet, tiene 1,9 millones de clientes en una red que cubre el 70 por ciento de España (7,2 millones de hogares de un total de 16 millones).
Al haber desplegado la red despuíés de otras compañías de cable y telefonía, Ono presume de tener velocidades de banda ancha de hasta 200 megabits por segundo, hasta 20 veces superiores a las velocidades medias de redes rivales.
En el cuarto trimestre, Ono invirtió varios trimestres de fugas de clientes causadas por la presión de rivales como Telefónica, Vodafone y Orange, que ofrecen paquetes de servicios todo incluido a precios competitivos.