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El director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Josíé Graziano da Silva, alertó acerca del impacto de los conflictos y las migraciones en la seguridad alimentaria en Oriente Próximo.
Al intervenir en el segmento ministerial de la XXXII Conferencia Regional para Oriente Próximo y Norte de Africa, que se desarrolla esta semana, apuntó que la inseguridad alimentaria no solo se debe a las limitaciones estructurales que padece la región para producir suficientes alimentos y a la creciente dependencia de las importaciones.
Tambiíén es provocado por los conflictos, el flujo de refugiados y las migraciones, cuestiones que no se ven contenidas por las fronteras nacionales y repercuten en el conjunto de la región,enfatizó.
En este contexto, remarcó que la paz es fundamental para la seguridad alimentaria y viceversa.
A su juicio, aún hay posibilidad de que la región cumpla los Objetivos del Milenio (ODM), pero advirtió que se necesita un empujón final en los últimos 672 días antes de que acabe el plazo.
El responsable de la FAO resaltó que países como Argelia, Djibouti, Jordania, Kuwait, Kirguistán, Marruecos y Turkmenistán han cumplido con el primer ODM, de reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre entre 1990 y 2015.
Además, Egipto, la República Islámica de Irán, el Líbano, Libia, Arabia Saudita, Túnez y los Emiratos írabes Unidos tenían ya niveles de subnutrición inferiores al cinco por ciento en 1990, el punto de referencia para los ODM.
Da Silva exhortó a las naciones a apoyar la implementación de las tres iniciativas regionales puestas en marcha por la FAO referidas a prioridades como la escasez de agua, la creación de resiliencia para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición, y el desarrollo de la agricultura en pequeña escala.