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Autor Tema: Sin margen para la decepción: las cinco causas por las que Draghi pasará a la  (Leído 116 veces)

Eguzki

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El mercado lo tiene claro: se ha acabado el tiempo de las palabras; ha llegado el de los hechos. Despuíés de que haya proclamado en los tres últimos meses que "está preparado" para volver a actuar, hoy, en la tercera reunión de polí­tica monetaria de 2014, el Banco Central Europeo (BCE) no tiene margen para defraudar. Debe anunciar nuevas medidas sí­ o si. Si no lo hace, la decepción se abrirá paso al instante y la institución deberá estar lista para soportar una mayor apreciación del euro.

Sobre la mesa, las mismas opciones que ya se barajaban hace un mes y que han sido sugeridas tanto por el propio presidente de la entidad, Mario Draghi, como por varios de sus colegas en el Consejo de Gobierno de la institución. La medida que tiene más a mano y que todaví­a se mueve dentro de lo convencional pasa por una rebaja adicional de los tipos de interíés. Tras reducirlos en noviembre al mí­nimo histórico del 0,25%, esta vez podrí­a recortarlos hasta el 0,10 o el 0,15%.

Pero con este paso no serí­a suficiente. Los inversores demandan más. Como poco, la prolongación de la barra libre, mediante la que viene proporcionando a los bancos tanto dinero como le piden en las operaciones periódicas de financiación. Aunque tampoco les bastarí­a: les gustarí­a que se atreviera a ser más valiente en la adopción de medidas heterodoxas.

En este terreno sobresalen cuatro opciones. La primera, situar los tipos de interíés de la facilidad de depósito en terreno negativo, algo que nunca antes ha ocurrido. La segunda, dejar de esterilizar las compras de bonos soberanos que el BCE realizó entre 2010 y 2012 bajo el Programa para el Mercado de Valores (SMP). La tercera, convocar una operación de financiación bancario a largo plazo (LTRO) condicionada a que el dinero que reciban las entidades lo dediquen a prestar dinero a las empresas, principalmente a las pequeñas y medianas. Y la cuarta, poner en marcha un programa de compras de activos financieros -cíédulas hipotecarias o tí­tulos respaldados por príéstamos a empresas-. "Seguimos esperando que el BCE suspenda la esterilización de las compras del SMP y que combine esta decisión con el alargamiento de la barra libre hasta 2016", apuntan desde Nomura.

A la espera de que Draghi resuelva estas incógnitas -la decisión sobre los tipos se anunciará a las 13.45 horas y el resto, a partir de las 14.30 horas-, cinco son las razones fundamentales por las que el mercado da por hecho que SuperMario debe pasar a la acción. 

1. Los precios se alejan del objetivo. La prioridad del BCE es muy clara: debe preservar la estabilidad de los precios en la Eurozona. Esta meta se sustancia en un objetivo concreto: mantener la inflación por debajo, pero cerca, del 2% a medio plazo. Y actualmente no está próxima a esta zona. De hecho, acumula cinco meses consecutivos por debajo del 1%. Como, además, sus previsiones contemplan que seguirá más cerca del 1% que del 2% a medio plazo, la entidad presidida por Draghi debe mostrar la simetrí­a de su objetivo; es decir, que salvaguardar la estabilidad de los precios no es únicamente subir los tipos de interíés cuando la inflación supera esa barrera, sino que tambiíén pasa por evitar que los precios caigan y amenacen con desembocar en deflación -caí­da general y continuada de los precios-.

2. Más combustible para el crecimiento. Con un 2014 que va a estar muy condicionado por el examen al que van a ser sometidos los bancos europeos, no se puede esperar que el grifo crediticio se abra de par en par. Sin embargo, los incipientes sí­ntomas de recuperación sí­ necesitan ser regados por algo de críédito. En este sentido, el BCE puede enviar incentivos, en forma de un LTRO condicionado o programas de compras de activos, para dinaminar el críédito al sector privado y tratar de estimular un crecimiento que este año se moverá en torno al 1% en la Eurozona.

3. Nuevas previsiones económicas. Uno de los motivos por los que Draghi ha mantenido el suspense hasta la cita de hoy se debe a su deseo de hacer coincidir el anuncio de nuevas medidas con la actualización de sus previsiones económicas. Cada tres meses -en marzo, junio, septiembre y diciembre-, el BCE renueva sus pronósticos. En diciembre de 2013, situaba el crecimiento de la Eurozona para 2014 en el 1,1% y en el 1,5% para 2015. En cuanto a los precios, consideraba que la inflación se situará este año en el 1,1% y en el 1,3% en 2015.
Junto a las cifras para este año y el siguiente, introducirá tambiíén las de 2016, y es en ellas donde puede estar la clave de su actuación. Considerando que el BCE siempre trabaja pensando en el medio plazo, en la medida en que las previsiones para 2016 aún contemplen un díébil crecimiento y, sobre todo, una inflación por debajo del 2%, la institución tendrá más margen para disparar más munición monetaria. "El principal foco de la reunión será la actualización de sus previsiones y en particular si la inflación puede seguir por debajo del objetivo del 2% en 2016, puesto que eso darí­a margen para adoptar más medidas monetarias en los próximos meses", subraya Tom Rogers, de Ernst & Young Eurozone Forecast.

4. Fortaleza del euro. Cuando el BCE redujo el precio del dinero al mí­nimo histórico del 0,25% en noviembre, el euro se cambiaba a 1,355 dólares. Desde entonces, y pese a esa rebaja de los tipos, pese al compromiso de volver a actuar y pese a que la Reserva Federal estadounidense ya ha comenzado a retirar sus estí­mulos monetarios, el euro se ha fortalecido. Actualmente se cambia a 1,372 dólares, aunque el pasado viernes llegó a superar los 1,38 dólares. En estos cuatro meses, tambiíén se ha apreciado contra la mayorí­a de las principales divisas del mundo, como el yen japoníés, el dólar canadiense o el real brasileño.

Aunque el BCE tiene por cosumbre negar que el tipo de cambio del euro sea un factor determinante en sus decisiones de polí­tica monetaria, en el contexto actual, marcado por el díébil crecimiento y los temores deflacionistas, la fortaleza de la divisa -la actual y la que podrí­a venir si hoy no actúa- representa un riesgo que no puede menospreciar.

5. Credibilidad en juego. Si hoy no anuncia nuevas medidas, Draghi corre el riesgo de perder credibilidad. ¿Por quíé motivo? Porque lleva meses defendiendo que el BCE "está preparado" para pasar a la acción. Por el momento, ese compromiso ha bastado para mantener los ánimos templados, pero si no lo plasma ya en hechos concretos, correrá el riesgo de que sus mensajes pierdan efectividad y de que los inversores y los agentes económicos dejen de confiar en su palabra. Teniendo en cuenta la importancia adquirida por la comunicación en la banca central del siglo XXI, hasta el punto de que se ha convertido en una herramienta más de polí­tica monetaria, el banquero italiano debe tener muy en cuenta esta cuestión