EFE
Tres exdirectivos de Dewey & Leboeuf, firma que protagonizó en mayo de 2012 la mayor quiebra de un bufete de abogados, fueron acusados de fraude y robo contra los acreedores e inversores de la empresa, informó hoy la fiscalía de distrito de Manhattan.
Stephen Davis, Stpehen Dicarmine y Joel Sanders, antiguos director, director ejecutivo y jefe de finanzas de la firma respectivamente, han sido acusados de más de sesenta cargos de robo, fraude y falsificación, mientras que la trama tambiíén ha salpicado a Zachary Warren, jefe de relaciones con los clientes, contra el que se han presentado ocho cargos.
La acusación se formuló hoy despuíés de dos años de investigación sobre un presunto delito llevado a cabo entre 2008 y 2012, cuando el bufete cerró para "preservar los activos y liquidar el negocio de la forma más ordenada y eficiente".
Los tres exdirectivos, que ocultaron la situación real de la empresa antes de la bancarrota, afrontan cargos de gran robo en primer grado, trama de fraude en primer grado y falsificación de informes, entre otros. Contra Warren no se han presentado cargos de robo, pero sí de fraude, falsificación y conspiración.
El fiscal del distrito, Cyrus Vance, aseguró que los cuatro están acusados de "preparar y supervisar un gran esfuerzo para manipular las cuentas de Dewey & LeBoeuf. Sus malas artes contribuyeron al colapso de una firma de abogados de prestigio internacional, que dejó a miles de personas sin trabajo y a muchos acreedores con millones de dólares sin cobrar".
Estos exdirectivos "ocultaron la verdadera situación económica de la firma a acreedores, inversores y auditores, hasta que su trama desembocó en la mayor bancarrota de una firma de abogados de la historia", añadió Vance en un comunicado.
Despuíés de sus primeros años de trama fraudulenta, "cuando las cosas empeoraron, los acusados siguieron exagerando, manipulando y mintiendo como un intento vano de reconducir el rumbo del barco", explicó el responsable de la oficina del FBI en Nueva York, George Venizelos.
Dewey & LeBoeuf, con oficinas centrales en Nueva York, fue creada en octubre de 2007 de la fusión de Dewey Ballantine y LeBoeuf, Lamb, Greene & MacRae. En su momento de máxima expansión, llegó a tener 1.300 socios y empleados en la oficina de Manhattan y otros 3.000 en todo el mundo.