EFE
Muchas grandes compañías japonesas notificarán a sus sindicatos incrementos salariales para el próximo ejercicio en respuesta a la insistente llamada del Gobierno nipón de cara a realizar las subidas para ayudar a luchar contra la deflación.
Entre las grandes empresas que informarán hoy de las medidas están los fabricantes de vehículos Honda Motor, que subirá el salario básico en 2.200 yenes (unos 15,40 euros o 21,35 dólares) mensuales y tambiíén Toyota Motor, que lo incrementará en 2.700 yenes (18,90 euros o 26,20 dólares).
Esta última, líder mundial del motor, tiene una enorme influencia en un gran número de compañías en todo el país.
Del mismo modo, otros seis gigantes de la electrónica, como Panasonic o Hitachi, han acordado subidas de unos 2.000 yenes (14 euros o 19,40 dólares aproximadamente).
Se trata de los primeros incrementos del salario básico en estas empresas en seis años lo que, al margen de la presión del Gobierno de Shinzo Abe, refleja su buen rendimiento, derivado en parte del abaratamiento del yen que tanto ha beneficiado a los grandes exportadores.
Al margen de la poderosa industria manufacturera nipona, otras grandes empresas del sector servicios autorizarán subidas, como el minorista Lawson, que mejorará el sueldo básico de sus empleados en unos 3.000 yenes (21 euros o 29 dólares), en lo que supone su primer incremento en 12 años, informó hoy la agencia Kyodo.
La atención se centrará ahora en si estas decisiones se extienden tambiíén a las pymes y al gran número de empleados sin contrato indefinido en Japón.
El primer ministro conservador, Shinzo Abe, ha pedido desde hace meses al sector privado que acompañen su programa de reforma económica, conocido como "Abenomics", con subidas salariales que permitan a los japoneses no reducir su consumo ante la tendencia al alza de los precios y la próxima subida del IVA en el país.
El incremento salarial es un factor clave en el "Abenomics", que aspira a crear un círculo de crecimiento en los beneficios corporativos, los sueldos y el consumo, que supone un 60 por ciento del PIB nacional, para terminar con un ciclo deflacionario de unos 15 años.