CaixaBank se encuentra en pleno proceso de retribución al accionista y como no podía ser de otra forma la fórmula escogida ha sido la del scrip dividend. Desde que en 2009 Santander introdujera por primera vez esta opción como vía para premiar la fidelidad de sus accionistas, el resto de entidades le han seguido los pasos. En un momento en el que el sistema bancario todavía tiene por delante importantes retos a los que hacer frente el scrip dividend sigue representando importante ventajas. Las entidades que optan por esta estrategia además de ahorrarse el desembolso de la retribución, al limitar la salida de caja con la entrega de nuevas acciones, refuerzan su balance.
Como en el toda ampliación de capital liberada con derecho de suscripción preferente el inversor dispone de tres opciones.Decantarse por una u otra dependerá de cuál se ajuste mejor a sus intereses.
La primera de las opciones pasa por la recepción de los nuevas acciones. Esta vía es empleada por defecto por las cotizadas, de manera que si el accionista no pide a la entidad que le compre los derechos, estos se transformarán en nuevas acciones a muy tardar el 27 de marzo, día en que se cierra el aumento de capital, según la información remitida a la CNMV. El 28 de marzo está previsto que coticen en el parquíé. Para ser receptor de los títulos de nuevo cuño solo es necesario haber sido accionista de la entidad a cierre de 3 de marzo y disponer de al menos 92 derechos de suscripción preferente por cada nueva acción.
La segunda consiste en la venta de los derechos a la entidad, o lo que equivaldría a cobrar el dividendo en efectivo. Los que estíén interesados en esta opción disponen hasta mañana para solicitar a CaixaBank la compra de los derechos. El precio fijado por la entidad son los 0,05 euros, el mismo que en los repartos anteriores efectuados en septiembre y en diciembre como parte del dividendo de 0,2 euros con cargo a los resultados de 2013. El último tramo, es decir, los 0,05 euros por acción restantes, se entregará en junio.
La tercera alternativa consiste en la venta de los derechos en el mercado. En los momento de mayor alegría en la renta variable esta era la opción que permitía mayores rentabilidades, pues si suben las acciones, tambiíén lo hará el derecho y su precio puede superar el fijado por la entidad. En este caso concreto, y despuíés de los descensos de los últimos días, lo más rentables sería vendíérselos a la entidad pues a precio de mercado los derechos cotiza a 0,048 euros, es decir, un 4% por debajo del precio de compra fijado por el banco. No obstante, hasta el día de 18, momento en que dejan de cotizar los derechos, la situación se puede revertir.
Además de la evolución bursátil, los accionistas que quieran sacar el máximo partido al scrip dividend tienen que tener en cuenta las retenciones fiscales. A los que se decanten por el efectivo se le aplicará una retención del 21%, si bien los primeros 1.500 euros cobrados en dividendos estarán exentos. Si los derechos se venden en el mercado, el pago fiscal se aplaza hasta el momento de la venta de las acciones. No hay retención en el momento de la venta. El efecto que tiene la desinversión es el de rebajar el precio de compra. Por último, el que reciba las nuevas acciones tambiíén estará exento de tributación hasta que se desprendan de ellas.