Almirall y Grupo Ferrer son dos empresas farmacíéuticas catalanas que no pueden resultar más diferentes. Pero tienen algo en común: las dos buscan la cura de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Ambos grupos, controlados respectivamente por las familias Gallardo y Ferrer, se encuentran enzarzados en una carrera por el tratamiento de la EPOC. Y se juegan en ella muchos millones.
Almirall cotiza en bolsa, Ferrer huye el mercado de valores como de la peste. Almirall creció a travíés de una fusión y sigue haciendo compras. Ferrer prefiere las alianzas puntuales. Los hermanos Gallardo están muy implicados en la gestión, mientras que Sergi Ferrer, hijo del mítico Carlos Ferrer Salat, prefiere dejar el día a día en manos de su director general, Jordi Ramentol.
Recientemente, Expansión desveló que Ferrer tenía una alianza con el gigante farmacíéutico mundial Novartis para combinar dos fármacos y así tratar la EPOC. Portavoces de Ferrer han declinado hacer comentarios, pero no han desmentido el acuerdo: se han limitado a declarar que no pueden dar detalles.
Fuentes del sector farmacíéutico han cuestionado que Ferrer estíé realizando una importante aportación desde el punto de vista de I+D. En cambio, sí estaría poniendo su red de ventas al servicio de Novartis, que se aprovecharía de la red comercial de la empresa catalana.
Estas mismas fuentes reconocen que al haberse aliado con un líder como el grupo helvíético, Ferrer ha reducido de manera inesperada la ventaja que en tratamientos respiratorios crónicos le llevaba Almirall. Novartis está desarrollando el QVA149, una combinación a dosis fija de salmeterol y fluticasona que "proporciona mejoras rápidas, sostenidas y superiores en función pulmonar al enfermo", tal y como señala la propia web del Grupo Ferrer, que dedica un amplio espacio a esta enfermedad. Novartis está haciendo pruebas en un grupo de 4.891 pacientes. Es decir, se encuentra en una fase más avanzada que algunos medicamentos para esta especialidad que está impulsando Almirall.
Por su parte, fuentes de Novartis señalan que tienen en España acuerdos de comercialización con Ferrer para los principios activos Indacaterol y Glicopirronio, todos ellos comercializados bajo sus marcas correspondientes y la combinación de ambos, el ya mencionado QVA 149, los dos primeros ya comercializados en España y este último aprobado por la Agencia Europea del Medicamento.
En el otro lado, Almirall lleva años investigando la EPOC y ha informado puntualmente de ello a la bolsa. En este momento está pendiente de que la Agencia Europea del Medicamento se pronuncie sobre su broncodilatador, algo que espera para el último trimestre de este año. El lanzamiento de fármacos como Eklira y Genuair se está llevando a cabo en diversos países. Y tambiíén está desarrollando una plataforma para obtener en un futuro un tratamiento de combinación triple para los pacientes con EPOC, según consta en la información que regularmente remite el grupo controlado por los Gallardo a los reguladores del mercado de valores.
Fuentes del sector farmacíéutico apuntan a que Almirall estaría armando una gran alianza que compensase el papel de "primo de Zumosol" que estaría jugando Novartis con Ferrer. Esta alianza podría afectar al Abediterol, un corticoesteroide inhalado para el tratamiento del asma y la EPOC, próximo a entrar en fase II, para el que el grupo de los hermanos Gallardo estaría buscando un socio con el que financiar la investigación.
Una enfermedad masiva
¿Cómo es que dos empresas que no tenían nada que ver han acabado compitiendo por el mismo medicamento, enzarzadas en una carrera de futuro incierto? La clave es la EPOC, considerada una de las grandes enfermedades masivas de la actualidad. Esta afecta a fumadores y exfumadores y, según la Organización Mundial de la Salud, hay 210 millones de personas con esta afección.
Este volumen de enfermos es un verdadero caramelo para las farmacíéuticas, que precisan de afecciones muy comunes, con millones de posibles clientes, que permitan rentabilizar unas inversiones en I+D y patentes cada vez más costosas. En el caso del EPOC estamos hablando de un mercado mundial de más de 34.000 millones de dólares anuales, que, si bien se irá reduciendo con los años por la presión de los geníéricos, sigue siendo una parte del pastel muy apetecible, según señalan fuentes del sector farmacíéutico.
Dos grupos, dos estilos
Almirall y Ferrer no pueden ser más diferentes. El presidente de Almirall es Jorge Gallardo. El grupo factura 826 millones anuales y en 2013 entró en píérdidas por valor de 33,7 millones despuíés de haberse gastado 80 en reestructurar el grupo y despedir a 180 trabajadores. Almirall calcula que los beneficios y el reparto de dividendos volverán en 2014. La gran apuesta del grupo son las áreas respiratoria y dermatológica.
Por su parte, Ferrer, está presidido por Sergi Ferrer. Hasta ahora se había especializado en medicamentos amables, como el Gelocatil, y que puedan anunciarse en televisión. Aunque el Grupo Ferrer no consolida contablemente sus diversas filiales, el volumen de negocio conjunto de estas sumaría 819 millones. No desvela sus resultados, pero el ebitda de las sociedades que lo integran rondaría los 70 millones de euros. Esta semana se hizo público que adquirió el 20% de la tecnológica Venter Pharma por 3,5 millones.