El ladrillo no deja de dar sustos a la banca seis años despuíés del estallido de la burbuja. El sector está muy pendiente de Grupo San Josíé, la compañía dirigida Jacinto Rey, que en unas semanas tiene que hacer frente a un vencimiento por sus 2.400 millones de euros de deuda. El empresario gallego negocia un pacto con sus acreedores despuíés de reconocer que ha incumplido sus obligaciones financieras.
Según admite San Josíé en el informe de los resultados de 2013, la sociedad no ha sido capaz de mantener unos fondos propios mínimos ni un beneficio operativo o ebitda consolidado sobre la deuda, tal y como se comprometió cuando un grupo de bancos le concedieron un críédito sindicado en 2009. “Previendo que el cumplimiento de dichas obligaciones financieras (covenants) no fuera íntegro, en el contexto del proceso de negociación mencionado, el Grupo San Josíé inició conversaciones para disponer de una dispensa a dicho cumplimientoâ€, señala la compañía.
El grupo ha contado formalmente con dicha conformidad el pasado mes de febrero, despuíés de cerrar los resultados del último ejercicio. “A fecha de formulación de los presentes estados financieros resumidos consolidados, continúan las conversaciones con las entidades que forman el pool bancario del críédito sindicadoâ€, explica San Josíé, que prevíé culminar el proceso de renegociación durante el primer semestre del ejercicio 2014. "La refinanciación va por el buen camino", exponen fuentes cercanas al grupo.
Pero la situación es realmente complicada. La compañía no ha abonado una cuota de intereses por importe de 6,4 millones, vencida el 21 de enero de 2014, por lo que solicitó un aplazamiento que le fue concedido por el 85% del total de los acreedores. Fuentes próximas al grupo constructor explican que el impago no fue debido a falta de tesorería, sino a una forma de forzar una refinanciación global de la deuda.
Pero ahí no queda la cosa. San Josíé tiene que hacer frente a un pago original de 81,9 millones de euros el próximo mes de abril, obligación que se eleva hasta los 139,14 millones porque la compañía ya no pudo amortizar la cuota de 2013. Se da por descontado que, si no fue capaz de afrontar los 6,4 millones de enero, no podrá responder a este vencimiento inmediato.
Como publicó El Confidencial el pasado 19 de septiembre, el grupo consiguió que los acreedores, liderados por Banco Popular, le aplazasen la cuota de 77 millones que le venció en abril del año anterior, de la que sólo pudo pagar 20 millones. Por lo tanto, ahora tiene que hacer frente a los dos desembolsos, contrapartida que no tiene capacidad de atender.
La siguiente y última amortización asciende a 1.181,4 millones y vence en 2015, hasta los 1.320 millones del críédito sindicado. La deuda se completa hasta los 2.400 millones con varias líneas de descuento comercial y financiero (244 millones), tramos de confirming por 105 millones, avales para obras (510 millones) y otras líneas de liquidez por 222 millones. La compañía sostiene que el valor de sus activos inmobiliarios es superior al importe que adeuda.
Barclays no acepta
Además de Popular, entre los bancos que en 2009 le refinanciaron la deuda original solicitada en 2006 se encuentran Banco Sabadell, Novagalicia y Barclays. La buena disposición de la entidad presidida por íngel Ron contrasta con la postura menos flexible del banco gallego, todavía en manos del Estado hasta que no se firme la venta a Banesco, y la del grupo financiero inglíés, que está liquidando todas sus posiciones en España. “Barclays actúa como antes lo hacía Bancaja. Lo tiene todo perdido, por lo que quiere ir hasta las últimas consecuenciasâ€, explican fuentes próximas a la operación.
Lo que puede ayudar a San Josíé a encontrar una salida a su complicada situación es la nueva ley concursal, ya que un acuerdo con la mitad de los acreedores sería suficiente para sacar adelante un aplazamiento del calendario de amortizaciones. No obstante, los bancos podrían ejecutar sus garantías y quedarse con la mayoría del capital, que ahora está en manos de Jacinto Rey.
Este empresario tiene más del 60% de las acciones y su calvario comenzó en 2006 cuando compró Parquesol por 917 millones, una inmobiliaria vallisoletana sobre cuya valoración había muchas dudas. Hoy, San Josíé apenas capitaliza 81 millones, despuíés de encajar seis años consecutivos de píérdidas. El último se cerró con unos números rojos de 155,2 millones, un 60% más que en 2012 y cuatro veces más que en 2011.