El acuerdo llegó tras más de 16 horas de negociaciones entre los representantes del Parlamento Europea, el Consejo de la UE y la Comisión Europea, en una maratoniana sesión que, según los participantes, batió todos los ríécords de duración de se tipo de triálogos.
A pesar del esfuerzo de los reunidos en Bruselas, parecía claro que la última palabra no estaba en esa sala del Parlamento Europeo sino en el domicilio particular en Berlín del ministro alemán de Finanzas. Por eso, antes de concluir la negociación, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, tuvo que consultar por vía telefónica, hacia las seis de la madrugada, con Wolfgang Schí¤uble, quien dio la luz verde definitiva a un acuerdo que respeta las líneas rojas marcadas por Berlín desde el comienzo de la tramitación.
El Mecanismo íšnico de Resolución contará con un fondo de resolución pagado por las propias entidades europeas. Pero tal y como exigía Alemania, la creación de ese fondo se hará en base a un Tratado intergubernamental al margen de la legislación europea.
Por imposición alemana, además, el fondo no será común desde el primer día, sino que nacerá compartimentado por países y no se fusionará por completo hasta ocho años despuíés de su creación, es decir, en 2023.
El Parlamento ha logrado, al menos, que esa fusión se haga en un plazo menor de lo previsto, pues el acuerdo inicial del Ecofin (consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE) preveía una transición de 10 años. Los europarlamentarios tambiíén han conseguido que el ritmo de mutualización sea mayor, pues al cabo de tres años, el 70% de los recursos del depósito se habrán fusionado, y no el 30% como había establecido el Ecofin.Para ese momento, el fondo dispondrá de unos 20.000 millones de euros, por lo que la hucha común ascenderá a unos 14.000 millones.
“El acuerdo es mucho mejor que el texto inicialâ€, celebró en rueda de prensa a eurodiputada socialista Elisa Ferreira, ponente parlamentaria del proyecto. Ferreira considera que se han logrado los tres objetivos marcados por el Parlamento: “un sistema eficiente, que díé un trato igual a todos los bancos con independencia de su país de origen y que evite el pago a los contribuyentes con un modelo de autorrescate (quitas) armonizadoâ€.
Sin el MEDE
Los analistas del instituto de estudios Bruegel comparten esa opinión y consideran que “el nuevo acuerdo supone una mejora en relación con el del diciembre [del Ecofin]â€. Pero esos analistas, Silvia Merler y Guntram Wolf, advierten que continúa habiendo dos puntos oscuros. Primero, la ausencia de una red de seguridad que garantice la existencia de recursos durante el período de transición de ocho años. Berlín se ha negado a que el fondo de resolución y el fondo de rescate de la zona euro (MEDE o Mecanismo europeo de estabilidad) proporcione esa cobertura.
Y en segundo lugar, desde Bruegel perciben falta de claridad en la autoridad del MUR sobre la liquidación o reestructuración de las entidades que no están sujetas a la supervisión directa del BCE, que solo atañe a 128 grandes bancos.