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Autor Tema: Los beneficios empresariales se libran de la devaluación  (Leído 215 veces)

Eguzki

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Los beneficios empresariales se libran de la devaluación
« en: Marzo 24, 2014, 08:30:35 am »
Hay algunas creencias que se disuelven en los datos como el azúcar en el agua. España no se ha basado en los recortes de precios para lograr uno de los brotes verdes con menos matices de la economí­a española: tres años consecutivos batiendo su propio ríécord de exportaciones. El duro proceso de devaluación interna emprendido por la economí­a española para recuperar competitividad se ha trasladado en poca medida a los precios industriales y de exportación. La productividad —que en España tiene el mal vicio de mejorar básicamente por la destrucción de empleo— se ha unido a una rebaja de los costes laborales lograda tambiíén a base de despidos y recolocación en empleos peor pagados, así­ como a las rebajas salariales directas aplicadas en las empresas. Pero, mientras los salarios han bajado con relación a la eurozona y la productividad ha mejorado, los márgenes empresariales han crecido por encima.

El Servicio de Sstudios del BBVA ha hecho unos números y, según su último informe, los márgenes de las empresas españolas tuvieron un diferencial positivo del 0,24% respecto a la zona euro como promedio anual en el periodo 2009-2013, mientras que los sueldos tuvieron un diferencial negativo del 0,23% anual en el mismo periodo. La productividad tuvo una desviación positiva del 1,17%.

“La mayor parte de la ganancia de competitividad ha venido por la productividad, aunque los salarios haya contribuido algo, pero menos que esta. Mientras tanto, los márgenes empresariales no han colaborado”, explica Miguel Cardoso, economista jefe para España de Servicio de Estudios del BBVA.
Es algo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) empezó a advertir en su última asamblea, en otoño pasado. Pese a los ajustes, la competitividad de los precios de exportación habí­a mejorado solo de forma “modesta”. En su informe global señala que “en Grecia, Irlanda, Portugal y, hasta cierto punto, España, los márgenes de los exportadores (precios de las exportaciones con relación a los costes laborales unitarios) han crecido desde que comenzó la crisis”.

En concreto, las ventas exteriores alcanzaron el año pasado su máximo volumen histórico, un total de 234.240 millones de euros, un 5,2% más que en el ejercicio anterior. Y eso, pese a que entre 2009 y 2012 los precios de las exportaciones, medidos a travíés de los í­ndices de valor unitario, han aumentado un 2,2% más que en los paí­ses desarrollados, según los datos del Banco de España manejados por Marí­a Jesús Fernández, investigadora de la Fundación de las Cajas de ahorros (Funcas).

Por tanto, “las empresas españolas no han necesitado reducir precios para seguir siendo competitivas en los mercados internacionales”, apunta Fernández en un estudio, lo que “contradice la apreciación generalmente extendida de que las exportaciones españolas han crecido en los últimos años gracias a la mejora de la competitividad derivada del mencionado descenso de los costes laborales unitarios”.

En su opinión, es la propia generación de beneficios la que favorece la “reasignación de recursos” hacia los sectores exportadores y mejora la posición competitiva de España para atraer inversiones extranjeras.
Fernández explica por telíéfono que “la competitividad en costes no se ha trasladado a los precios porque la mayor parte de sectores son precio aceptantes: toman el precio de referencia de sus mercados, por eso se ha recuperado la rentabilidad, pero esto tambiíén ayuda a crecer las exportaciones porque favorece la inversión en estos sectores al dar más margen que antes”. Es algo en lo que coincide Cardoso: “Es cí­clico que buena parte de estos ahorros vayan a la hoja de balance, en los inicios de la recuperación las empresas se desapalancan, esa es la base para que puedan invertir, generar más actividad y empleo”.

Sin embargo, esta explicación, válida para el periodo 2009-2013, “no sirve para los diferenciales de los márgenes empresariales en el ciclo anterior, de 1999 a 2008”, advierte Cardoso, ya que tambiíén crecieron por encima de la media de Europa (en mayor medida que ahora) y no contribuyeron a la mejora de la competitividad, algo que el experto atribuye a “los problemas de competencia” en algunos sectores.

El í­ndice de los precios de la industria manufacturera en España ha crecido desde 2010 por encima de lo que lo ha hecho la media europea, Alemania o Italia, y la diferencia no se ha corregido en la última fase de la crisis y el ajuste, según los datos del Instituto Nacional de Estadí­stica (INE). Este í­ndice de precios de las empresas españolas subió hasta el máximo de 110,8 en septiembre de 2012, es decir, casi 11 puntos por encima de 2010, cuando en el mismo mes la referencia para las alemanas era 105,5, para las italianas 107 y para la media europea 108 (ver gráfico). A finales del año pasado, España seguí­a aún en el 108, por encima de Alemania (104), Italia (106) y la media de la UE (106).
Y es que la baja inflación en toda la zona euro, que ha encendido algunas alarmas por el riesgo de deflación, se está además comiendo una parte considerable de los esfuerzos de competitividad relativa que están haciendo los españoles, ya que los precios se están moderando en todo el club monetario al mismo tiempo.

Por su parte, el ajuste de los costes laborales ha sido notable cuando se mira la productividad. Según los cálculos del director de coyuntura de Funcas, íngel Laborda, el coste laboral por hora trabajada (medida que además del coste tiene en cuenta la productividad) logró retroceder el año pasado en España hasta el nivel anterior a la entrada del euro, lo que supone deshacer la escalada previa: entre 1998 y 2008 estos costes crecieron un 18% por encima de la media de la zona euro.

Y según el Banco de España, los sueldos se han estrechado más de lo que dicen las estadí­sticas porque la destrucción de empleo se cebó sobre todo en el inicio de la crisis en el empleo peor pagado y este perdió peso en la estadí­stica. En esta lí­nea, si bien el descenso medio de los salarios reales de 2012 fue del 1%, con la corrección de este llamado “efecto composición”, el descenso supera el 2% en las bases de cotización de los trabajadores.

Balbino Prieto, que preside el Club de Exportadores, se queja de que la diferencia de la competitividad “está muy influida por lo que pasa con los costes de la energí­a”. “Soy empresario y ojalá pudiera tener más beneficios para crecer más y crear más empleo, no podemos olvidar que se habí­an estado perdiendo márgenes de beneficios y lo que ahora pasa es que se están recuperando”, zanja Prieto, que tambiíén preside dos empresas de consultorí­a y comercio exterior.