Si los responsables de las dos grandes entidades españolas quisieran reunirse con cada uno de sus accionistas, pasarían indudablemente más tiempo fuera de España. Estarían una buena temporada en países como EEUU o Francia, donde en algunos casos se sitúa más parte del accionariado que en el propio país de origen de la compañía.
Los inversores extranjeros siguen incrementando su peso en las blue chips y a cierre de este primer trimestre del año representan más del 85% en los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA.
El capital de la entidad presidida por Emilio Botín está principalmente en manos estadounidenses, francesas y noruegas, mientras que España es ahora el sexto país de relevancia en el accionariado del banco. Solo supone alrededor de un 5%, según los datos recogidos por Bloomberg. Esta cifra es similar a la de hace un año, mientras que en BBVA el peso nacional se ha reducido en torno a 5 puntos, hasta representar un 15%.
Las gestoras estadounidenses controlan un 35% de ambos bancos y las francesas, en torno a un 20%. BNP Paribas y Blackrock son los principales accionistas de estas entidades, seguidos de Norges Bank, el gestor del fondo de pensiones de Noruega. El interíés del banco escandinavo en la bolsa española ha sido evidente en los últimos años -tiene posiciones en cada uno de los seis grandes valores- y convierte a Noruega en uno de los principales países dueños de las grandes cotizadas españolas.
"Las compañías que están en índices europeos como el EuroStoxx 50 se benefician de la llegada de grandes fondos internacionales", explica Rafael Romero, de Unicorp. Estos grandes inversores buscan valores muy líquidos, en los que se negocie mucho dinero al día, y precisamente los dos grandes bancos españoles, junto a Telefónica, son tres de las cinco compañías con más contratación de este índice.
Pero la presencia de inversores internacionales no se ciñe a los grandes valores. Según el último dato de inversión en las sociedades cotizadas españolas, recopilado por BME, las compras de extranjeros representaban casi un 80% a finales del primer semestre de 2013. Antes de la crisis, este porcentaje no llegaba al 60%.
Lo nacional todavía pesa
El apetito resurgido por la deuda y la renta variable española ha traído nueva inversión internacional, con lo que tambiíén se ha inclinado la balanza en otros valores como Telefónica o Iberdrola. En la operadora, el peso de los inversores españoles ha bajado del 45 al 38 por ciento en un año y en el caso de la elíéctrica la cifra cae del 40 al 38 por ciento.
Es cierto que en estas compañías siguen muy presentes accionistas españoles. En Telefónica, son BBVA y CaixaBank los que continúan liderando el ranking de principales inversores y en Iberdrola mantienen una participación relevante ACS, BFA y Kutxabank.
En cambio, el capital de Repsol se reparte de una manera muy similar a la de hace doce meses, con un 40% de representación española. En su caso la inversión de EEUU supone menos del 10% por la presencia de la mexicana Pemex y el fondo soberano de Singapur Temasek. Para Inditex, el país norteamericano no alcanza ni el 8 por ciento, mientras que el peso de España aumenta, teniendo en cuenta que Amancio Ortega controla un 59 por ciento del grupo.