Es la tercera pata del plan de refinanciación de FCC y, por el momento, la que ha pasado más desapercibida; quizás porque su importe de 450 millones de euros hace que el bono convertible emitido en 2009, y que vencía este ejercicio, fuera el menor de los frentes que tenía abiertos la compañía diriga por Juan Bíéjar en los últimos meses.
Sin embargo, desde el punto de vista de la inversión, tal vez sea la arista más interesante para los numerosos fondos y grandes inversores extranjeros que desde hacer meses sobrevuelan el mercado español en busca de gangas.
Y no se puede olvidar que la primera compañía que logró convencer a Mister Marshall para entrar en su capital fue la constructora controlada por Esther Koplowitz, cuando en un todavía reciente mes de octubre vendió un 6% de su autocartera al todopoderoso fundador de Microsoft Bill Gates.
Apenas dos meses despuíés, en plenas Navidades, George Soros siguió sus pasos y se hizo con algo más del 3% del capital de la compañía, por un importe en línea con los 15,8 euros en que cotiza actualmente la acción, y lejos de los 21,15 euros en que llegó a cerrar en enero.
Por eso, ver cómo la constructa ha rebajado de 37,5 a 30 euros el precio de los bonos convertibles es todo un caramelo para potenciales inversiones, ya que aunque ahora suponga duplicar valor, hace apenas dos meses la barrera de los 30 euros no se veía tan lejana.
Si a esta mejora del precio de conversión se añade que la compañía se ha comprometido a mantener la remuneración del 6,5% durante los cuatro años en que se ha ampliado el plazo del bono, resulta cuanto menos llamativo comprobar el duro castigo que está sufriendo.
separar el grano de la paja
Desde que el pasado martes FCC anunció el acuerdo de refinanciación definitivo y desveló que íéste incluía prorrogar por otros cuatro años el bono, que inicialmente vencía este ejercicio, el convertible ha sufrido una caída del 4,7%. No obstante, los expertos recomiendan contextualizar este recorte y fijarse en tres puntos.
El primero es que el lunes, la víspera del acuerdo definitivo de refinanciación, el bono cotizaba por encima de la par, en 101,14 puntos, lo que explica que una vez confirmada la noticia de que FCC va prorrogar cuatro años, hayan decidido salir, ya sea porque buscaban ganancias rápidas o porque son inversores que contaban con conseguir la liquidez de su inversión este ejercicio.
De hecho, desde que se emitió en 2009, este bono ha sido muy susceptible a los vaivenes derivados de los duros últimos años vividos por la constructora. Su punto más bajo se vio a principios de verano del año pasado, cuando llegó a caer a 74 puntos, arrastrado por el temor a que la compañía presentara concurso de acreedores y la debacle de la acción, pero la realidad es que, desde entonces, FCC se convirtió en uno de los mejores valores del parquíé español.
En este rally alcista, los bonistas tambiíén fueron tomando posiciones, sobre todo, animados por las noticias que desde octubre del año pasado ya anticipaban que FCC iba a conseguir sellar la refinanciación, como ha terminado ocurriendo, un optimismo que ha permitido al bono estar por encima de los 100 enteros desde el pasado mes de octubre, nivel que sólo se ha perdido al conocerse la prórroga.
El segundo punto que recomiendan analizar los expertos es la cobardía que caracteriza al dinero y, al fin y al cabo, la refinanciación del bono todavía debe pasar por la Asamblea de Bonistas. Y aquí surgen dos interrogantes.
El primero, que realmente FCC mantenga el 6,5% anunciado y todas las condiciones, con las únicas excepciones del plazo y el precio de conversión, y que no haya nueva letra pequeña. El segundo, que la empresa pueda obligar a los bonistas a aceptar el acuerdo, aunque no quieran, como ya dijo que haría con sus entidades acreedoras si el 99,8% de íéstas no hubieran dado luz verde a la refinanciación.
El tercer punto en el que los expertos recomiendan poner el foco es en que se haya mantenido el cupón del 6,5%, porque se trata de una rentabilidad especialmente atractiva en un entorno de tipos bajos en el que las empresas están consiguiendo financiarse a tipos históricamente bajos. Por ejemplo, hace apenas dos semanas, Abertis cerró dos colocaciones privadas a diez y doce años entre inversores privados con un cupón del 3,125%, la mitad del ofrecido por FCC.
Sin embargo, hasta que el mercado termine de digerir todos los flecos del plan de refinanciación de FCC, cuyo as en la manga es el acuerdo que arrancaron a la banca en verano para poder aplicar el sistema holandíés en caso de canjear deuda por acciones, lo que permitirá aplicar quitas con las que la empresa hará equilibrios para que los actuales accionistas se diluyan lo menos posible, el convertible podrá seguir sufriendo la actual tormenta del mercado. Eso sí, a la espera de que escampe.