La empresa o el fondo de capital riesgo que finalmente se quede Deoleo, el gigante español del aceite propietario de Koipe y Carbonell, se encontrará una compañía completamente saneada. Justo antes de su venta, en el último año, la empresa ha recortado un 20% su plantilla, hasta dejarla en 734 trabajadores, reduciendo al mismo tiempo su deuda neta en 150 millones, hasta 473 millones de euros.
Aunque es cierto que el endeudamiento bancario, sin contar la tesorería, es algo mayor -579 millones-el hecho es que la situación no ha parado de mejorar en los dos últimos ejercicios.
Desde la llegada de Jaime Carbó como consejero delegado a comienzos de 2011, la plantilla se ha reducido prácticamente a la mitad -entonces había 1.318 empleados- pero lo que es más importante es que ha conseguido además amortizar un 19% de sus compromisos bancarios, lo que equivale a reducir la deuda en 135 millones de euros. El plan de saneamiento ha sido posible gracias al ERE llevado a cabo en Italia; la desinversión en Acyco, una productora de aceitunas, que se traspasó a la cooperativa Hojiblanca (hoy Dcoop), y la venta de la planta de Andújar (Córdoba) al grupo portuguíés Sovena.
Fruto de todo ello es que, a día de hoy, la marca de aceite de girasol Koipe en la práctica la produce y envasa Sovena en Andújar, mientras que las aceitunas bajo enseña Carbonell las produce y envasa igualmente Dcoop en la planta de Acyco en Dos Hermanas (Sevilla) en razón de sendos acuerdos firmados con Deoleo en el momento de la desinversión.
Vuelta a la rentabilidad
Lo más importante para los potenciales compradores es que, gracias a todo ello, la compañía ha vuelto a ser además rentable. En 2011 Deoleo registró unas píérdidas de 19,1 millones; en 2012 tuvo que hacer unas fuertes provisiones por el deterioro del valor de los activos y registró unos números rojos de 245,5 millones y en el último año, sin embargo, ha ganado 19,9 millones.
Esta vuelta a la rentabilidad, la reducción de plantilla y la reducción de deuda es lo que ha despertado el apetito del Estado italiano, aliado con Qatar, y de los fondos CVC, PAI, Carlyle y Rhí´ne Capital, que están pujando por la empresa, con ofertas que no llegan en conjunto a los 480 millones de euros por el cien por cien. De hecho, los italianos y los qataríes han presentado la oferta más baja y están prácticamente descartados.
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, ha garantizado en cualquier caso la españolidad del grupo entorno a Unicaja y Dcoop, la antigua Hojiblanca, que mantendrán su 20 por ciento en el capital. Y eso sin descartar tampoco la posible incorporación de la Sepi, aún por decidir tanto en su aspecto formal y jurídico como económico. Cañete ha reiterado en la última semana que el esfuerzo económico del Gobierno a travíés de su brazo inversor dependería del cariz de las ofertas presentadas.
Algunas fuentes del sector aceitero andaluz señalan, además, una posibilidad que tambiíén está sobre la mesa: que las dos cajas que no han recibido apoyos del Estado -Caixabank y Kutxabank- pudieran decidir no vender de forma conjunta con las que sí han recibido ayudas -Bankia y BMN-. El 10 por ciento que posee la entidad catalana y el casi 5 por ciento de la vasca podrían venderse a otros socios actuales -Dcoop ha reiterado que busca mantener y, eventualmente, ampliar su participación e inicialmente pensaba en comprar el 18,3 por ciento en manos de Bankia-o nuevos, como la Sepi.
Esas mismas fuentes añaden que tampoco Bankia y BMN están impelidas a vender de manera inmediata, ni siquiera este año. El plazo para desprenderse de sus principales participaciones empresariales puede estirarse siempre que se logre el visto bueno de Bruselas. La actuación del Gobierno podría así dirigirse no sólo hacia la entrada de la Sepi, sino en favor de que Bankia se desligue del intento de venta de las cajas.La presentación de ofertas a la baja, incluso por debajo del precio de cotización de Deoleo del pasado día 2 de abril, es un acicate para esas otras opciones. Una oferta muy al alza las habría desbaratado. Por último, las mismas fuentes no descartan una irrupción de los gigantes Bunge y Cargill en el proceso pese a no haber presentado finalmente oferta formal.