La Policía halló a Schmittmann, de 57 años, junto a su esposa Nelly, de 57 años, y a su hija Babette, de 22, en su domicilio de Laren, a 32 kilómetros al sureste de ímsterdam, el pasado 5 de abril, según el diario 'De Telegraaf'. Un conocido de la familia había informado a los agentes de que algo marchaba mal en la propiedad del ex banquero.
Los agentes encontraron una “carta de despedida†en el domicilio, según el comunicado oficial, que no da más detalles. La familia se ha limitado a declarar que el fallecido “estaba lidiando con una grave depresiónâ€.
“Estamos profundamente conmocionados y devastados por estas incomprensibles noticiasâ€, hizo saber la familia en la nota oficial, en la que pide apoyo y protección para la única hija superviviente de la familia.
Schmittmann comenzó a trabajar para ABN Amro Holding NV, por entonces uno de los mayores bancos de Europa, en 1983, hasta la nacionalización de la entidad en 2008. La noche previa, Schmittmann fue “cesado†por el Ministerio de Economía, según hizo saber a los diputados holandeses en 2011 durante una comparecencia. Recibió ocho millones de euros de compensación: menos de lo que le correspondía en su contrato, pero más de lo que el Gobierno holandíés estaba dispuesto a pagar.