Amper ha llegado a un principio de acuerdo con sus bancos acreedores para refinanciar sus 120 millones de deuda, de los que 90 millones serán convertidos en acciones y 30 millones se mantendrán como príéstamo garantizado a cinco años. Además, el fondo Sloan Capital ha firmado un principio de acuerdo para inyectar 15 millones de euros en la compañía.
Este plan cuenta con el visto bueno de HSBC, BBVA, Bankia y Santander, las cuatro entidades que han liderado todo el proceso y que han tutelado al resto de los 22 bancos acreedores de la compañía. Diseñado como una operación acordeón, este principio de acuerdo contempla la dilución del nominal de la acción de un euro a cinco cíéntimos, para reequilibrar el patrimonio; y, posteriormente, una ampliación de capital por 20 millones.
Esta noticia se produce apenas un mes despuíés de que el empresario Enrique Bañuelos vendiera su participación en el grupo, donde era el primer accionista con un 24% del capital. Amper ha cerrado hoy en bolsa en 1,07 euros por acción, tras haberse anotado un alza del 0,94%, que le permite saldar la cuenta del ejercicio en positivo, ya que el grupo cerró el pasado ejercicio en 1,06 euros por acción.
Estos precios están muy lejos de los 1,7 euros por título que fijó la empresa en su última ampliación de capital, que se anunció el pasado octubre, cuando el valor cotizaba en 1,3 euros, y a la que la propia empresa desaconsejó ir, ya que esta operativa en realidad iba dirigida a que Bañuelos completara la inyección de 15 millones de euros en el grupo a la que se había comprometido.
En esta ocasión, tras reducir el nominal, la ampliación de capital estará abierta a todos los accionistas, aunque el fondo Sloan Capial ha acordado suscribir hasta un 30%, ya que un importe superior le obligaría a lanzar una opa. La diferencia entre la cantidad que termine finalmente suscribiendo y los 15 millones que prevíé inyectar se instrumentará como deuda convertible.
Los bancos acreedores, por su parte, prevíén quedarse con un 35% de la compañía tras la ampliación de capital y gracias a que convertirán los 90 millones de euros en acciones. En principio, debido a la dilución del nominal, este principio de acuerdo supone para las entidades financieras aceptar una elevada quita, pero al convertirse en accionistas, su píérdida o ganancia final estará condicionada por la evolución del valor.
cambio de tercio
El pasado mes de marzo fue clave en todo el plan de salvamento de la compañía, ya que, por una parte, el propio presidente de Amper, Jaime Espinosa de los Monteros, a travíés de la sociedad Emilanteos, adquirió a Bañuelos el 20% de la compañía; por otra, el fondo Sloan Capital se comprometió a inyectar la liquidez necesaria.
Como adelantó El Confidencial, durante toda la negociación ha estado sobre la mesa el deseo de dar entrada a un fondo que aporte efectivo y complemente la refinanciación con las entidades acreedoras. Y íéste es el papel que juega Sloan Capital, que actualmente está en proceso de due dilligence (auditoría interna) de las filiales latinoamericanas, que representan el 80% del negocio del grupo.
Estas filiales cobran todavía más importancia tras la decisión de Amper de vender a Thales España el 51% que tienen en su filial conjunta de Defensa.
Con este principio de acuerdo, el grupo de tecnología cierra casi un año de negociaciones con sus bancos acreedores, a los que en el último trimestre del pasado ejercicio consiguió arrancar un periodo de gracia, conocido en la jerga del sector como stand still, que inicialmente se ampliaba hasta Navidades pero que ha terminado llegando hasta primavera.
Esta negociación y el acuerdo financiero han ido acompañados de un agresivo plan de ajuste que se ha plasmado en un duro recorte de la plantilla, bajadas de sueldo de entre el 5% y el 20% y reducción a menos de la mitad de los gastos operativos en España.