El consorcio responsable de la ampliación del canal de Panamá, liderado por la española Sacyr, ya ha recibido el informe encargado a un experto independiente para tener un baremo de cómo se resolverán las reclamaciones que ha realizado por los sobrecostes de 1.625 millones de dólares (unos 1.200 millones de euros) que considera acumula el proyecto. La conclusión del informe va en la misma línea que el cálculo realizado el año pasado por el mismo experto, que estimó que el Gobierno panameño acabará cubriendo como mínimo la mitad de los sobrecostes, según fuentes cercanas al consorcio.
Queda pendiente el informe que tiene que realizar el auditor del consorcio (Grupos Unidos por el Canal de Panamá) y otro encargado por la firma auditora de la propia Sacyr. Las cifras que dichos informes calculen que el grupo de empresas podrá lograr de sus reclamaciones será la que la compañía española recoja en sus cuentas. Hay que tener en cuenta que los cálculos de los expertos suele ser más conservador que el que realmente se consigue finalmente.
En la obra de Panamá, Sacyr ha registrado unas píérdidas contables de 127 millones de euros despuíés de impuestos el pasado ejercicio, aunque no ha tenido en cuenta el retorno positivo que se obtendrá en las resoluciones de los arbitrajes.
Para reducir el impacto en sus cuentas, además, Sacyr y sus socios planean vender toda la maquinaria utilizada en las obras, que en un 80% es propiedad del consorcio. Se trata de plantas de machaqueo, de hormigón, camiones hormigoneras y grúas. Buena parte de esta maquinaría —en total tiene un valor residual cercano a los 200 millones— puede ser aprovechada por otras compañías del sector para otros proyectos.
Mientras tanto, Sacyr ha iniciado los contactos para refinanciar la deuda de 2.426 millones de euros asociada al críédito que pidió para hacerse con el 9,23% de Repsol, que vence en enero de 2015. Dos de las posibilidades que contempla el mercado es una ampliación de capital de Sacyr o la venta de la participación en la petrolera. Esta segunda alternativa tiene una desventaja y es que en este momento vender las acciones al precio actual (en el nivel de los 18 euros) supondría perder dinero.