Se ha abierto la caja de los truenos. La declaración de concurso voluntario de Víértice 360º amenaza con hacer saltar por los aires las principales operaciones llevadas a cabo por la productora en los últimos dos años, ya que este es el plazo que contempla la ley para dar vuelta atrás a operaciones. Y en esta ocasión, entran dentro de este margen la venta de su filial de Servicios Audiovisuales (VSA) al fondo HIG, así como la cesión del catálogo de películas.
Según ha confirmado El Confidencial, varios accionistas minoritarios de Víértice 360º defienden solicitar al administrador concursal que se nombre la retrocesión de la venta a HIG, ya que consideran que esta operación fue el detonante de la debacle del grupo, así como suspender el acuerdo de cesión de sus 2.000 cintas.
De hecho, desde que se acogió al preconcurso, a finales del pasado ejercicio, la productora recurrió a una cláusula que asegura que tiene el contrato y que le permitía suspender el traspaso del catálogo si se llegaba a esta situación. Ahora, ya en concurso, esta postura se refrenda y, además, surge la citada amenaza de solicitar la retrocesión de todo el acuerdo con HIG si con ello se consigue recuperar la salud financiera de la sociedad.
El escándalo salpica directamente a Ezentis, primer accionista de Víértice 360º; al presidente de la compañía, Manuel García-Durán; y al exministro popular y nuevo consejero delegado de OHL, Josep Piquíé, quien formaba parte del consejo de administración de Ezentis cuando se cerró la venta, y que poco despuíés se incorporó a las filas de HIG como presidente de la filial comprada, donde ha permanecido hasta hace pocas semanas, junto a García-Durán.
Según denuncian varios accionistas de la productora, fue dentro del seno del Comitíé Asesor Internacional que creó García-Durán en Víértice 360º, bajo la presidencia de Piquíé y con Luis Solana en sus filas, donde se decidió la venta de VSA y la cesión del catálogo a HIG, una operación que se diseñó en dos partes. La primera, que se cerró a finales de 2012, contemplaba la cesión del 49,9% y una opción de compra sobre el otro 50,01%, que terminó ejecutándose nueve meses despuíés, con una inyección de 20 millones de euros.
Si la administración concursal concluye que esta venta jugó en contra de los intereses de la productora y que la viabilidad de Víértice era imposible sin esta sociedad y sin la explotación de su catálogo de películas, sería un bofetón no sólo para HIG, sino sobre todo para Ezentis, que se encuentra en medio de una ampliación de capital, y para todos aquellos nombres propios que apoyaron la operación, ya que su labor quedaría en entredicho.
Impacto en Ezentis y el papel de Hacienda
El mercado mostró ayer, primer día de cotización tras conocerse el concurso de Víértice 360º, su rechazo a esta políémica y los títulos de Ezentis sufrieron una dura caída del 5,54%, hasta 1,14 euros, lo que les convirtió en uno de los peores valores de todo el Mercado Continuo. Y es que, como adelantó El Confidencial, la debacle de Víértice 360º amenaza con golpear con fuerza a su principal accionista. Sobre todo, si Hacienda empieza a exigir garantías.
Con una deuda de 12 millones de euros, la Agencia Tributaria es el principal acreedor de la productora y, en los cuatro meses de preconcurso, ha puesto siempre como máxima para llegar a un convenio tener unas garantías lo suficientemente sólidas y líquidas. Entre las propuestas que se le ofrecieron, estaban las propias acciones que tiene la empresa de Víértice Cine y un compromiso de compra, a un precio determinado, por parte de un fondo.
Ahora, ya en situación concursal, y como principal acreedor, Hacienda puede jugar un papel determinante para el futuro no sólo de Víértice 360º, sino tambiíén de Ezentis y de los administradores que aprobaron la venta tanto de la filial audiovisual como la cesión del catálogo. La batalla sólo acaba de empezar.